La luna llena de estos días,
anuncia libertad.

Su esplendor hechiza,
e ilumina.

Clarifica.

Y facilita tomar decisiones.

La locura, inherente a esa luz,
que es el reflejo de algo,
se vuelve engañosa.

Aunque el engaño lo traiga yo de casa.

No veo algo real, sino lo que quiero ver,
y desearía que mi visión
coincidiera con una realidad,
que quizá no existe.

Permanece la Fe,
que a veces es capaz de crear de la nada.

Me conformo con la posibilidad,
pero la Luna me llama.

Luna es su apellido,
y quiso, con razón,
ser como la Luna del firmamento.

Hasta donde sé, es feliz.

Aunque prefiere que no le recuerde sus sueños.

Me sonríe, pero no me quiere escuchar.

Acertadamente.

¿Por qué has de arriesgar una seguridad lograda con trabajo
haciendo caso a cantos de sirena, que auguran perdición,
bajo una belleza soñada?

(...)

Me salto una cita de la Divina Comedia, que Laura no quiso escuchar,
porque etá por encima del bien y del mal,
y por miedo.

Dulces sueños, otra vez, un poco ácidos, por más de una razón..
Coge tan sólo la parte que te convenga..

http://es.youtube.com/watch?v=QQHrspjw4aA

Y besos, dulces, absorbentes, suaves, imperiosos,
Juan.