Tan frágil me tomas
entre tus manos
que congelan mis deseos.

Mis anhelos se fragmentan
ante tus feroces labios de hielo,
llueves sobre mi mente
pensamientos sin sentido
que me transportan al olvido,
el tiempo,
un pasado irremediable
del que sólo salí herido,
pero al fin vivo
para seguir temblando ante el frío.

Mientras el gris cielo cae,
se oscurecen mis días
bajo el manto-niebla
que enfría mis sentidos,
y el llanto corre,
al correr de las gotas de lluvia
y el incontrolable frío,
invierno en las afueras
como tajantes espadas de hielo,
como bloques silenciosos
que me encierran
entre sus fríos muros
y me sepultan con el corazón congelado
y las lágrimas ya hechas gotas de hielo
haciendo más triste y largo
el pasar del tiempo frío.

Y tan frágil soy,
frente a ti invierno,
que traes los recuerdos
de tristeza con tu frío
y me tomas,
y me llevas,
y me ahogas,
en la soledad,
la soledad de mis recuerdos más tristes.