Madrid, España; 21 de Marzo.
Gracias “Amiga”:

Hoy que te veo tan triste y sola, te doy las gracias, si; porque gracias a tu rechazo aprendí a querer mas y a querer mejor.

Gracias a tu desprecio, hoy he podido levantar la cara y darle todo lo que tengo a la persona amada, que por supuesto, no eres tu.

Gracias, porque después de un tiempo solo comprendí que no solo se debe querer a ciegas e incondicionalmente, porque el corazón de los hombres es ingrato y desagradecido. Mas sin embargo, también he aprendido a darlo todo por aquella persona que si lo merece, que por supuesto, no eres tu.

Gracias, muchas gracias, porque tuvo que pasar algo así para que pudiera aprender la gran diferencia que existe entre un capricho y un amor real.

Gracias, porque aunque yo ahora sea quien me vaya para siempre, lo hago pero con la frente en alto y sin arrepentirme de lo que he hecho, porque eso ha sido lo mejor que he hecho.

Gracias, porque aunque tu cometiste errores, eso me ha ayudado a ver mis propios errores y ver que tienen una solución real y eficaz.

Gracias, porque sin querer, me empujaste a los brazos de la persona que mas me ha amado y a la que mas he amado, y aunque me tenga que ir, los dos sabemos que algún día volveremos a estar juntos y para siempre.

Gracias, porque todo lo que ha pasado me ha servido para darme cuenta de lo que en realidad y de cuan grande y fuerte soy.

Te doy las gracias ahora, porque pronto ya no podré hacer ni decir nada, pues el tiempo en el que debo de irme para siempre ha llegado, y nunca mas volverás a verme, ni yo volveré a hacerlo. Te agradezco hoy, porque al verte derrotada, triste y sola me das lastima, aunque lastima es algo confuso para mi, mas bien siento pena por ti, porque ahora comprendes que todo lo que yo intente decirte era cierto y no quisiste escucharme, puesto que lo que hiciste fue botarme de tu vida, sin saber que todo lo que te dije se volvió realidad en tu vida y que gracias a ello estas ahí, sola sin nadie a quien amar, y mas aun que hoy me voy, por eso te agradezco.

No intentes buscarme, pues no me encontraras, al lugar a donde voy no hay manera de que me sigas. Tampoco intentes pedirme perdón por lo que hiciste, yo ya te perdone sin que tu me pidieras perdón.

Att. Un amigo

PD. Una vez mas gracias, “amiga” mía.