Inefable la soledad esperará mi paso,
las carencias se disuelven en praderas con ríos de gente.
La locura no nos delatara nunca tras estas paredes;
agachen las caras que una luz se avecina ¡¡¡

Rondan delirios entre las muros de estos muertos,
entre los cuerpos debajo de las sabanas.

El ciego es el que no carece de nada.
Indulto a quien maldice, por que ha mirado,
un segundo más y mantendré eterno este llanto.
que por más que grite la gente,
un vivo entre tantos muertos encuentra a la soledad siempre un aliado.