Travesuras de los afectos Escrito para el reto 16

Cuando Pedro apedreó la ventana del vecino y este se quejó airadamente, su madre le defendió argumentando que era una travesura de niño pequeño y que no había que sacarla de quicio. Ya se sabe como son los niños.

Cuando Pedro pegó fuego a un contenedor de basura del ayuntamiento, su madre impidió que los guardias se lo llevaran a comisaría, argumentando que eran travesuras de niños y que su hijo no era malo. Ya se sabe que las compañías hacen mucho y mi hijo no es así.

Cuando Pedro fue detenido por la guardia civil conduciendo sin carné y fue llevado al cuartelillo, su madre indignada se encaró con el oficial de guardia argumentado que su hijo no era un criminal para que lo trataran de esta forma y que había sido la típica travesura de adolescente que se lleva el coche de sus padres para presumir delante de unas amigas. Ya se sabe que están en la edad del pavo.

Cuando Pedro fue detenido tras una denuncia por estar trapicheando con papelinas en la puerta del colegio, su madre lo sacó discretamente de la cárcel. Ante el juez argumentó que era un buen chico, que solo pretendía sacar un dinerillo para sus gastos y que se comprometía a sacarlo de ese mundillo del trapicheo. Ya se sabe que si no les damos una oportunidad se pueden torcer.

Cuando Pedro fue encontrado por los servicios municipales de limpieza en un descampado y sin conocimiento, su madre le explicó al médico de urgencias que lo atendió que su hijo no tomaba drogas y que algún desalmado le habría metido algo en la bebida. Ya se sabe que hay muy mala gente por ahí.

Cuando Pedro se encaró con su padre porque no quería darle dinero para sus cosillas, su madre se lo dio a escondidas ya que su marido no le comprendía. Ya se sabe que los padres son más severos con los hijos varones y a estas edades aún peor.

Cuando Pedro se llevó el microondas de casa porque su madre no le podía dar dinero ni nada que vender, su madre argumentó que el aparato ya no iba bien. Ya se sabe que no merece la pena arreglarlos.

Cuando Pedro, ciego de drogas, mató a una mujer de mediana edad en el salón de su casa cuando se resistió a dejarle que se llevara la televisión, su madre no pudo defenderle, aunque sin duda lo hubiera hecho de haber podido. Ya se sabe….. madre solo hay una.