Si me preguntan como es,
la respuesta no es sencilla.
Es misteriosa, cautivante, avasallante.
Es esa mujer, única, apasionada, colmada y risueña.
Es la mujer de mis sueños, que nunca alcanzaré.
Que pensé que no existía, que pensé como irreal.
Esa mujer soñadora, deslumbrante, con esa magia al escribir, al fin la descubrí.
Esa mujer dominante, de mirada tierna y subyusgante, apareció de la nada, como suele suceder.
Y al mirar esos ojos, negros y brillantes, me devolvió la alegría, que alguna vez supe tener. |