Fumo,
Te espero,
Le doy un sorbo al café y siento tu presencia.
Silencio,
Tiemblo,
Persigo tu trayectoria desde la entrada a mi lugar.
Sonríes,
Te miro,
Y reconozco tu ser, porque te se de memoria.
Se de tu cabello,
Abundante y siempre cambiante en formas y colores.
De tu aroma,
Dulce, calido, que envenena mi mente.
De tu hablar,
Incansable, detallista, incontenible.
De tus gestos,
Tu risa,
Que embellecen tus diálogos.
Y de tus ojos,
Grandes, ligeramente rasgados y profundamente negros,
Que me manipulan, me vencen, me aniquilan.
Sonrío,
Me miras,
Y poco a poco me pierdo en tu mirada, en ti.
Reacciono,
Regreso,
Y me doy cuenta que vivo la realidad de mis decisiones.
Suspiro,
Comprendo,
Y veo en tu dedo el signo de un compromiso.
Pago,
Salimos,
Es bueno tenerte, todavía, ser un amigo.
Te despides,
Me despido,
Y me doy cuenta que sigo siendo sensible a ti.
Fumo,
Me alejo,
Y solo puedo decir una cosa de todo esto...
… me haces daño todavía.
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