aunque fue,
larga la ausencia...
la sensibilidad del-su
el ancla
en este puerto
hizo faro al faro
que hace unos dias, semanas y quizas por devuelta años
vuelve a estar parado
pensando adonde se ha varado...

Y qué si fuera larga la ausencia...
y qué si la distancia viniera de dónde incluso
a clavarnos espigas durante los sueños – a cavar nuestros abismos sin luces –;
Y si la sensibilidad quisiera,
después de las horas de ahora,
regalarme un recuerdo,
me haría una lagrima gigante para sembrar mis praderas escondidas, para llenar mis mares trans-horizontaes.

-Siempre se me ha ocurrido que necesitamos nuestras ausencias,
nuestras distancias,
nuestras sensibilidades en silencios.
Necesitamos nuestra mirada oculta, nuestro secreto indescifrable.

Es bueno anclar en los puertos con sendos olvidos
Varar los recuerdos en las raíces de la Tierra.
Es bueno que los recuerdos olviden sus recuerdos
Y los olvidos recuerden sus olvidos. –es bueno-

Con todos –olvidos y recuerdos-,
te haría coronas de estrellas
–de estrellas sólo para princesas que reinan en sus faros con la luz de los ojos.
Te haría collares con cada una de mis soledades
para que curaras las heridas que me ha hecho el tiempo.
Así sabrías quizás, que vengo de otra estación del tiempo,
que vengo con ganas de pichón a aletear los silencios,
Vengo repleto de nostalgias que se cambian por sorpresas.
Vengo en mi navío-navío, navio que va y va .

¿Serás faro entonces, luz de alturas, el camino al puerto varado?