New York City
Domingo, Nov. 17, 1991
“La muerte de Carlos Duque”
Murió Carlitos, víctima del S.I.D.A..
Lo llevaron al hospital y en dos días perdió su vida.
Lo vimos Julio y yo por última vez, ocupado en sus preparativos para la muerte.
Haciendo su testamento, ordenando sus cuadros, pintando, para así ofrecer una última exposición en la galería de Green St..
Bromeando acerca de su batalla con la peste negra del siglo XX.
Recuerdo su imagen, con una bolsita de plástico en la mano, alejándose por la calle 5, caminando por la noche de New York.
Sonriendo en su adiós permanente.
Todos, incluso él, pensábamos en que habría más tiempo, que su agonía
sería larga, que volvería a Colombia a morir en paz, en los brazos de su
tierra natal.
Hoy ví sus cenizas, encerradas dentro de una pequeña caja de roble, frente al círculo de amigos reunidos para darle la despedida final.
Dejó tristeza en su partida, en su heroico enfrentamiento con esa puerta por la que todos pasamos.
Dejó inspiración con su ejemplo.
Dejó ganas de haberlo conocido más.
Era un buen hombre.
Ya veo que nadie sale vivo de este planeta.
A. García
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