Hoy vestiré a mi amor de negro,
estaré de luto,
porque asesinaré a tu amor,
lo ahogaré en el llanto
que ayer me produjo el estar contigo,
lo desangraré con las espinas
de las rosas falsas
que me diste,
con los poemas de mentiras
y las frases fingidas
que pronunciaste.

Su féretro será tan irreal
como tus promesas falsas
y estará tan bien resguardado
en el arca del fraude de tu amor
que ni con una eternidad
alcanzarías a encontrar
el lugar donde estará sepultado.

Mañana iré a la tumba
donde enterraré a tu amor
y discúlpame si frente a ella no llore,
pero no creo necesario llorar
por haber perdido algo que nunca tuve,
algo que nunca fue mío,
algo que nunca existió,
ni siquiera por las patrañas insensibles
de tu "querer estar conmigo" lloraría.

Sólo hubo algo cierto y real,
el amor que mi corazón te profesó
y aunque él en el pasado te extrañó,
en el presente no sabe ni quien eres.
Mi sufrimiento por tu amor
borró todo recuerdo,
el recuerdo de terror que inhalaba
mi pobre corazón,
el que lo desgarraba con tanto llanto,
con tanto dolor.


Nuevamente discúlpame
si después de mañana
no vuelvo a visitar tu sepulcro,
pero creo inevitable
que el olvido absoluto
llegue a mi mente y mi corazón
más aún, con tu amor muerto.