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		Musas del olimpo contarme 
Por qué de un dios me fui a enamorar  
Y Zeus con su filo cortante 
Se empeñó en hacérmelo quitar. 
 
Edipo, mago de fábulas 
Un cuento me has de contar 
Que diga como una tonta dama  
A su príncipe no supo cuidar. 
 
Homero, sabio narrador 
Una leyenda has de escribir 
Que cuente la historia de un lecho 
En que una niña contó su fin 
 
Calderón, la vida es sueño 
Sueño que no deja dormir 
Cuando a una mujer su dueño 
Con la madre tierra la hace unir 
 
Dumas, amante extraño 
Una novela has de contar  
Que hable de un mosquetero  
Al que su dama dejó marchar 
 
Tolkien, creador de un universo 
En Valinor me has de aceptar 
Para que allí mis dulces versos 
A mi amado pueda cantar 
 
Shakespeare, escritor de tragedias 
La mía debes narrar 
Para que un día las estrellas 
Mi dolor puedan brillar 
 
Cervantes, cuenta mi locura 
Que como a Don Quijote me ha de llevar 
Hasta mi dulcinea oscura 
Aunque el mundo entero halla de andar. 
 
Cyrano, dame por favor tu magia 
Para que una carta pueda crear 
A mi amado con nostalgia 
Que con mi sangre pueda sellar 
 
Montecristo a ti que te quitaron 
Todo lo que soñaste amar 
Enséñame como te enseñaron 
A tus seres queridos vengar. 
 
Morgan, pirata intrépida 
En tu barco déjame viajar 
Para que así yo esta pérdida  
Con sangre pueda saciar 
 
Athos tú que amaste 
El silencio aprendiste a guardar 
Cuéntame para que mi alma triste 
Pueda por fin descansar. 
 
Don Juan, galán de galanes 
Al final te decidiste a amar 
Pero múltiples traidores 
No te dejaron, fue tu final. 
 
Judas, traidor de Cristo  
Como pudiste traicionar 
Al hombre para ti más justo 
Y le hiciste crucificar 
 
Merlín, mago de leyenda 
Enséñame como invocar 
Un conjuro cuya senda 
Me haga a mi dios recuperar 
 
Escritores, héroes y magos 
Hacedme en mi razón entrar 
Para que otra vez esos ojos  
Puedan mi corazón traspasar 
 
Leyendas de todas las eras, han de perdurar 
Y con el tiempo enseñan 
Que todos los grandes amores 
Tienen un trágico final 
 
Dulce pena que abriga el destino 
Con ella constante tendré que errar 
Hasta que un día mi propio designio 
Te pueda volver a encontrar 
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Texto agregado el 20-11-2007, y leído por 131 
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