los átomos de las serpentinas que manaban de los brotes dorados en su cabellera, rellenaban los círculos diamantinas en las alas de una mariposa congelada.

muñecas azarosas de licoriz inflamable pendulaban la escena del portarretrato tatuaje. las luces imperfectas caminaban al lado del cadáver en el agua mientras el violín acuacústico retomaba los labios envenenados, suturando las cicatrices permanentes en sus letras vudú.

paraguas, impermeables y rosas azules caían por la cascada de metal que los enfrascaba. otoño transicional en las vértebras de los católicos. collarín blanco y alas de voladora eternamente saboreando la dulce saliva de las lenguas sabor manzana.

votos religiosos en un cuadrangular de prohibición.. agregando segregando un ósculo incestuoso, tomaron su segundo eterno.. en los jardines eliseos, justo antes de aguantar el tormento...

los siervos de Dios aguardaban atentamente; endulzando la iglesia en un murmullo de guerra... silenciosos... prepararon las herramientas verdugas de almas.

condenados a la hoguera.