Suave durazno que recorro ávido
para beber los tibios jugos de su femenina esencia,
un grito ahogado detiene mi vertiginosa carrera,
me adentro en los sensibles rincones
como una serpiente cambiando de piel,
mis duras ansias expectantes
a la señal de su húmeda bienvenida
que invita a una rítmica danza
que acelera su cadencia al compás de los gemidos
me aventuro maliciosamente en su cuello
saboreando el salado elixir que de él emana,
mis dedos juegan vigorosamente en su melena
retuerce el cuerpo en un movimiento
que me envenena de placer
para finalmente morir en ella
intensamente extasiado
Texto agregado el 19-11-2007, y leído por 90
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Lectores Opinan
19-11-2007
Precioso y delicado relato. Dibujas con sabiduria el placer. Mis *. castorpolux
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