Se le ocurrió pensar en la condensación del tiempo. En todas las cosas e imágenes y vidas que se suceden en un instante. Algunas películas de cine fragmentado lo ilustraban perfectamente. Pensó en como perder un colectivo o tomarlo, hace la diferencia entre dos vidas. Llegar a casa a tiempo y encontrarlo con otra. No llegar, y encontrarse con otro. Divorcio. Amante. Mudarse sola. Mudarse con el otro. Comprarse un perro. Tener un hijo.
Ni hablar de la diferencia entre tomar una ruta para ir a la facultad o agarrar por otra calle. Otras casas, otras personas frecuentándola. Otros cafés donde sentarse de vuelta a casa, algún teatro. Y las infinitas posibilidades de esas casas, personas, cafés y teatros. Se mareo un poco pensando en eso y pensó que solo pensar no traería la paz, como no la trajo la sombra. Se decidió por la ducha y pensó divertida en las diferentes ramificaciones de no tomarla. No eran atractivas. Pensó que pensar también era una elección, y de las mas peligrosas. Pero también pensó, que sin pensarlo, pensaba en jamás dejar de elegir pensar. Al fin y al cabo, pensó, este juego de posibilidades que le ocupaba las horas lúgubres, la salvaba de la deserción. Aunque quien sabe, se dijo, quizás la deserción no era en si misma, sino una ramificación de otras cosas. Que se yo, habría que pensarlo.
MarMaga (alias Marianela Daraio) |