Pasè la infancia creyendome hija de Ninfa y mortal, mirando al cielo, y soñando con aquel maravilloso jardin en donde mis padres habian unido sus corazones y cuerpos.
Pero al cumplir 15 años, mi madre me encontro lo suficientemente madura para contarme la verdad. Fue en el decimo primer aniversario de la muerte de mi padre. Estabamos ambas al frente de su nicho, llevabamos grandes ramos de Camelias y mirabamos con gran recogimiento la leyenda que mencionaba su nombre, fecha de nacimiento y fallecimiento , cuando de repente mi madre , arreglando las flores y tocando la lapida me dijo:
-No se porque se han empeñado tanto en esconderme y borrarme de su vida....Como si hubiese sido un espejismo nada mas!. No me averguenza nada de lo que paso, ame a tu padre y el me amo a mi, es eso un pecado acaso?.
Me miro y vio mi cara de confusion.
Si bien en mi certificado de nacimiento no figuraba el apellido Pezoa , sino el Padovani, siempre supe de mi verdadera procedencia, jamas se me oculto, y la gente que nos rodeaba, familiares, amigos y demases tambien lo supieron. Pero esa tarde, a los 15 años, recien cai en cuenta que ninguna biografia, en ninguno de los libros publicados Post-Mortem, me nombraban a mi o a mi madre. Solo a una tal Lorenza, novia de adolescencia de mi padre cuando aun vivia en Santiago.
Segun aquellos libros y relatos, no existiamos, mis padres jamas se conocieron, jamas se enamoraron, jamas fui concebida ...nada!. Ni siquiera los amigos cercanos nos mencionaron!. Solo "amorios" en la corta vida del pobre Carlos Pezoa Veliz, al cual han pintado de amargado, procaz e infeliz!.
Pero la verdad, aunque no fue aquel cuento de hadas el cual lei por primera vez al cumplir 7 años, fue una bella y tragica historia de amor, puro amor, el cual se ha mantenido en secreto para proteger la reputacion y nombre de mi madre (cosa que a ella le importo un rabano, siempre fue orgullosa del amor que le profeso a mi padre, hasta el final de sus dias.)
Caminamos por el sector de nichos hasta que llegamos a unas escaleras en donde nos sentamos. Me tomo la mano, me miro con dulzura y comenzo su historia..
-Ay hija mia, creo que ya tienes edad suficiente para contarte mi version completa de la historia. Si bien se que eres una niña despierta y que sabes gran parte de esta , me gustaria contartela, sin reservas , desde el principio..
"...Conoci a tu padre en 1902, una tarde en que Augusto (D' halmar) me llevo a rastras a un tecito literario del Ateneo de la juventud , en Valparaiso. Estaba triste y sin ganas de nada, porque tu babbo estaba en Buenos Aires con la filarmonica, y Augusto, que en aquella epoca estaba en pleno frenesi literario, me pidio por favor que lo acompañase a aquella cita. Fui a regañadientes , no porque no me gustase la idea sino porque ,en ese instante no estaba con ganas de rodearme de literatos y escuchar sus obras y anecdotas.
Estaba llenisimo, por suerte encontramos asiento, me salude con cantidad de gente que jamas habia visto en mi vida...y entre la multitud, era casi la unica mujer presente (habran habido unas 3 mas? no recuerdo muy bien).
Queria sentarme lo mas atras posible, para poder cerrar los ojos y dormitar un poco, pero Augusto me impuso el sentarme adelante, pues ahi se escuchaba mejor y miles de cosas mas a las cuales no le puse atencion, pues estaba hundida en mis pensamientos , diciendome a mi misma porque diablos habia accedido a acompañarlo a aquel tormento, que podria en ese entonces estar en cama durmiendo...queria soledad y seguir atormentandome pensando en la ausencia de Alfredo.
De repente, todos silenciaron su voz, y un joven al cual jamas habia visto hasta entonces (Victor Domingo Silva, lo recuerdas mi amor?), hizo una introduccion acerca del joven poeta que vendria a deleitarnos con su obra . Escuche con atencion la descripcion que hacia de este desconocido y al presentarlo , tuve un estremecimiento en todo el cuerpo. En aquel entonces no entendi el porque de aquello, pero con el tiempo supe que fue una señal divina.
Nunca olvidare cuando ,al mencionar Victor el nombre de aquel desconocido artista, aparecio el, vestido modestamente y con un dejo de timidez en su andar y mirar. Se paro en la tarima, saludo al publico y yo me quede expectante y estatica, pegada en la silla mientras Augusto me decia lo bueno que era el, que lo conocia desde que dirigia "Luz y Sombra", que era increible y miles de cosas mas que escuchaba a lo lejos, ya que mi vista ( y todo mi ser) estaba fija en aquel hombre que se aprestaba a leer su obra.
Se apoyo en la mesita que estaba al lado suyo, bebio un poco de agua, le echo una mirada rapidamente a los apuntes que traia con el y en ese instante, al levantar la mirada, me vio. Me miro con cara de sorprendido, como si me hubiese visto antes en otro lugar, sus mejillas se llenaron de rubor y me sonrio timidamente. Su sonrisa y rubor fueron correspondidos y mutuos....Ursulita, esa sonrisa fue el principio de todo, ahi nos enamoramos...a primera vista....en esa primera mirada, vi el fabuloso hombre que era tu padre...
Y empezo el desconocido Carlos Pezoa Veliz a recitar su obra...cada palabra me golpeaba en el cuerpo , como mar bravo contra las rocas. Entre pausas me miraba embobado y me sonreia, mientras yo bajaba la mirada y le sonreia. Augusto ahi se dio cuenta de algo, porque me pego un codazo y entre risas me dijo:
-No te dije que era bueno?
Escondiendo mi rubor le respondi :
-Por cierto que lo es..ahora calla que va a continuar!
Prosiguio asi, el hombre que seria tu padre , mostrando su obra al mundo, el cual lo escuchaba detenidamente y con admiracion .
Al terminar , recibio fuertes aplausos de los presentes, los cuales le llenaron el pecho de orgullo y satisfaccion (asi me lo confidencio despues, entre tragos y bailes en lo de Rigoberto).
Bajò de la tarima y mucha gente se le acerco para felicitarlo y hablarle. Yo me habia parado, ya que tenia la urgente necesidad de tomar aire, tenia apretado el pecho y el uso del corse no ayudaba mucho. Aun asi nos buscabamos con la mirada, el mientras recibia las felicitaciones y yo mientras me dirigia hacia la salida.
Al verme abandonar el lugar, Carlos se deshizo de la gente amablemente y salio corriendo detras mio. Me tomo del codo por impulso (algo osado por parte de un caballero en esa epoca, mas aun al hacerselo a una dama a la cual no conocia, pero tu padre, con el tiempo me dijo que lo habia hecho como reflejo de lo que sentia, que si no hubiese sido tan osado aquello, me hubiese besado tambien) , me miro y me pregunto:
-Disculpe señorita, la he visto ahi dentro palida como papel...se siente usted bien?
Mientras aun me tenia agarrada del codo izquierdo (el cual no queria que soltara) le respondi:
-Mas o menos...he perdido derrepente el aire.
-Dejeme que la acompañe por favor, no se ve bien y no es bueno que este sola en ese estado.
Me ofrecio el brazo y nos dirigimos juntos hacia la salida. Le hubiese dicho que venia acompañada, pero las ganas de tenerlo a mi lado me impidieron abrir la boca.
Nos miramos, nos sonreimos y nos presentamos formalmente:
-No nos hemos presentado formalmente... Carlos Pezoa Veliz...y usted?
-Catalina Ortuzar...un gusto conocerlo (sonrei y quede embobada..no atinaba que decir, hasta que al final le pregunte...).Asi que no es de la zona?
-No,soy Santiaguino, pero en breve me establecere aqui, y usted?
-Yo soy de Viña del mar, nacida y criada ahi.
-Bonito lugar...he estado ahi muchas veces
Nos miramos de nuevo a los ojos y nos sonreimos, mientras nuestras miradas delataban el sentimiento mutuo que se empezaba a gestar entre nosotros.
Ni la llegada de un asustado Augusto (el cual habia estado buscandome como loco dentro del recinto) corto la magia de aquel instante, el cual nos hizo inseparables de alma y corazon, hasta ahora hija mia...El se ha ido, pero su amor y espiritu permanece conmigo...y contigo tambien..."
Mi madre me sonrio con los ojos llenos de emocion, mientras yo trataba de aguantarme las ganas de llorar , imaginando a esos dos jovenes conociendose y enamorandose y viendo en ellos, mi genesis.
Entonces mi madre me apreto la mano y me dijo:
-Eso apenas fue el principio, mi amor...Despues vendrian nuestros dias de gloria y regocijo, para luego dar paso a lo que seria el final de una hermosa historia de amor...
Ursula Pezoa. Junio 1936 |