Ayer miraba por la ventana de mi pieza, las luces del puerto de noche...que lindo se ven los cerros de Valparaiso cuando la luz del dia se va!.
Y recorde...
Me vi en algun bar de mala muerte, tomando vino tinto entre risas y liras , bailando zamacuecas con los amigos y Valses chilotes colgada del cuello de aquel que no volvera. Me veia subiendo las escaleras de los cerros corriendo y agarrandome el vestido, mientras el me seguia rapidamente el paso y llegando a la cima del cerro sin aliento, afirmandome el sombrero y mirando las naves de madera llegando al puerto, mientras sentia su mano rodearme la cintura.
Me pensaba en las afueras de la casa de doña Juanita Ross esperandolo, mirando como los niños jugaban en la plaza Victoria, sintiendo el viento de primavera en mi cara y pensando en sus besos en mis labios y en mi cuello. Y lo vi ahi, con una sonrisa en los labios, su sombrero en la mano, y un ramito de violetas prendado en el ojal, flores para su amada, flores para mi..
Me pensaba caminando al lado de el, muriendo de ganas por tomarle la mano y besarlo,pero aguantandome las ganas por el maldito "que diran". Lo vi sereno, caminando a mi lado, mordiendose el labio y mirando hacia adelante, lo escuche hablandome del trabajo y de lo tanto que habia pensado en mi durante el dia.
Senti su mano agarrar mi brazo y llevarme hacia un solitario callejon, vi la oscuridad del lugar y senti su cuerpo aprisinoar el mio contra una fria pared , al el besarme. Senti su perfume, su tibio aliento en mi oido susurrandome : te amo. Vividamente senti mis brazos agarrandose desesperadamente de el, el sonido de nuestros besos desesperados y el latido de ambos corazones latiendo juntos al compas.
Me imagine tambien volviendo de amanecida a mi casa el en primer Tren de la mañana, mirando el bravo mar pegando contra la arena y mirando el cielo azul, con los ojos llenos de ensueño y el cuerpo satisfecho, recordando el calor de sus caricias , la suavidad y pasion de sus besos y las cortinas danzar al compas del viento mientras nos entregabamos el uno al otro
Recuerdos de una vida que jamas volvera. Apretè los ojos y llorè de impotencia. |