- Una “A”- dijo el niño de gris tratando de adivinar el nombre misterioso.
- No hay ninguna “A”, un pierna quemada – dijo el otro niño con ojos de alegría por que estaba ganando el juego de los quemados que era igual que el colgado pero diferente.
- Una “C” – continuo.
- Otra vez perdiste, ahora el otro brazo esta quemado –
Y después los niños se retiraron del centro de la plaza mayor porque ya no aguantaban más el olor a carne chamuscada y las llamas había acabado con los restos del juego.
Presentado en el tríptico de cierre del Taller Literario de Maipú año 2006
Texto agregado el 18-11-2007, y leído por 243
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Lectores Opinan
15-01-2009
!Que bueno que estuvo! Eres imprediscible enlos finales. CAYORI
10-12-2007
Creo que te a salido bien me gustaría mucho leerte algo mas extenso no ideas fugaces que también son muy buenas, eso no se te niega...
Te dejo 4* ¡que estés muy bien! madamedemyang
25-11-2007
Deberías desarrollar el juego,literariamente
claro está, para enriquecer el relato.
Votos y saludos. Dalai