De pronto te das cuenta de que estas atrapada en el centro de un círculo, del cual gira alrededor la confusión mas grande de tu vida, todo se mueve sin sentido o al menos eso es lo que tú piensas.
Esperas ascender al lugar correcto, mientras todo sigue siendo un vortex de lo absurdo, tu corazón se mueve como la maquinaria de un reloj, perfecto, sincronizado hasta en el más mínimo detalle, estas atrapada en este caos que avanza conforme tú lo haces, sin tocarte.
Arriba en el techo la arena de cristal desprende su luz que cae sobre tu cuerpo con una brillantez exasperante, sientes correr la sangre por tus venas y te percatas de que estas mas viva que nunca. Esta es tu casa pero no la reconoces, la familiaridad con ciertas cosa te lo indica, las escaleras eso lo conoces bien, están hechas con esa rara arquitectura que invita a que asciendas por ellas, los escalones han estado ahí aun antes de tu fueras la dueña.
Este es tu momento aquí ahora estas frente a el que permanece mudo y frío, lo despiertas con tu imagen que aparece frente a ti, eres tan exacta a ti y lo odias tanto que sin pensarlo tomas el pesado cenicero que has tomado del tocador y eres tu quien pedazo a pedazo se deshace producto de tu propia decepción.

Jorge P. Guillen