Iba hacia Los Angeles CA. , en el expresso diurno. Hacia varios días que recibí un telegrama; al parecer se había suscitado un asesinato doble, en un hotel llamado “Golden”.

Cuando llegué a la ciudad, un joven me esperaba, lo había mandado el hotel; antes de subirme al taxi, hice una llamada a la estación, pidiendo encontrarme con mi jefe en la escena; terminado esto, nos dirigimos hacia allá.

Al llegar ahí, el gerente del pequeño hotel me recibió, y me llevó a su oficina para charlar sobre lo sucedido. Procedimos a sentarnos, y dijo: - Un asesinato… ¿sabe cuanta publicidad le da eso a mi hotel?, bastante; pero la policía, piensa que con esto contribuiríamos a la depresión de estas épocas, se levantó de su silla y comenzó a dar vueltas por la habitación - hace tres años, yo era un magnate, y este hotel estaba siempre repleto de grandes estrellas… pero ahora todo esto quedo en el olvido-, - Déjese de rodeos, y lléveme a la escena- le dije un tanto alterado, me miró y, me pidió que lo acompañará.

Entre a la habitación, y me encontré con unas manchas de sangre en el piso, que llevaban a un rincón, donde se encontraban sentados y abrazados los dos cuerpos, con una sabana en la cabeza. Me acerque, y comencé a mirarlos, la joven traía puesto un vestido rojizo, con un cuello en v, y el joven traía un traje negro, con una camisa blanca y una corbata negra; ambos traían sus anillos de compromiso. Saque un pañuelo de mi saco, lo coloque en mi boca, y levante la sabana que cubría sus rostros; se encontraban desechos, como si los hubieran querido borrar con el filo de la navaja. No lo pude soportar, así que salí de la habitación esperando encontrarme con mi jefe.

Camine hacia la oficina del gerente, quien ya se encontraba con el sargento, y me pidieron que pasara. Mi jefe pidió al hombre que saliera, para poder charlar; y así lo hizo. Ya estando solos, me dijo: - ¿Cuáles son tus sospechas?-, - Pues estaban casados, seguramente fue la única pareja que se hospedaron en el hotel, y viendo la situación, le atribuyo el asesinato al gerente- le respondí, Esos dos, no están casados mutuamente; la Sra. Green, es la esposa del difunto, y el Sr. Rene es el esposo de la difunta-, - ¿Y que están haciendo aquí?-, pregunte intrigado, -Los mando llamar el Sr.Hill, es un ejecutivo, al parecer ellos tres tuvieron una cena, mientras que los difuntos se quedaron, en sus respectivas habitaciones; a la hora que suponemos que fueron asesinados, estos tres, y el gerente se desaparecieron- , - Eran amantes, lo mas seguro, y alguno de los esposos los asesinó-, -Ellos nunca se llegaron a conocer... o al menos eso aseguran sus parejas.- me respondió, - Bien, entonces déjame interrogarlos, veré que les puedo sacar-, ascendió con la cabeza, y salí de la habitación.

Le pedí al botones que avisara a los sospechosos, que se les interrogaría de uno por uno en el salón principal. La primera que fue la Sra. Green; comencé a interrogarla, al instante la descarte, porque no había dejado de llorar por su difunto esposo, y ademas era rica, asi que no necesitaba el dinero de su esposo; era obvio que le dolía su ausencia. El siguiente fue el Sr. Rene, quien de principio a fin se comporto de una manera muy extraña, no le creí nada de lo que me dijo. Llame al Sr.Hill, quien me dijo que el momento del asesinato el estaba atendiendo una llamada importante, así que pedí al botones que me trajera una lista de las llamadas que se realizaron, y así lo hizo; revise, la habitación del Sr.Hill, era cierto que a esas horas se encontraba en una llamada, por lo que le pedí que se retirara, dejando solo al gerente. Él se sentó y comenzó a hablar, pero no me decía nada coherente, así que de inmediato, lo espose, y lo lleve a su oficina con mi jefe. Me dí la media vuelta, creyendo haber resuelto el caso.

Después me fui al comedor, pues tenía bastante hambre. Cuando esperaba mi plato, recordé la hoja de las llamadas telefónicas, y comencé a husmear. Fue ahí cuando algo inesperado paso; había una llamada telefónica desde el cuarto del Sr. Rene al de Sra. Green, lo mas extraño es que sucedió, cuando los señores ya se encontraban en el comedor; fue ahí cuando regrese a la teoría del amorío. Me levante de la silla, y corrí hacia la habitación de Rene. Esperé hasta que saliera de ahí, para ingresar; pasó poco más de quince minutos, cuando pude al fin entrar. Rápidamente me fui contra las maletas, para buscar alguna pista; removí toda la ropa, y me di cuenta que tenia un doble fondo, cuando lo levante me encontré con algo aterrador: era una fotografía de una pareja, con la cara tallada, le di la vuelta y mire que decía:” Mi amada Margaritte, muy pronto estaremos juntos, con amor James Green”; en eso la luz de la habitación se encendió, Rene, me miró con un cuchillo en la mano, y se lanzó sobre de mi, le pude quitar el cuchillo de la mano, dejándolo fuera de nuestro alcance; comenzamos a forcejear, al golpearnos, hasta que me empujo, y salió corriendo por el pasillo, yo lo seguí; cuando lo alcance en las escaleras, comenzamos a darnos de puñetazos; el muy cobarde puso su pie delante de mío, e hizo que tropezara, y cayera por las escaleras. Él escapó.

Cuando abrí mis ojos, yo me encontraba en el hospital, al parecer había quedado paralítico, estaba conciente de todo, pero no tenía control sobre mi cuerpo. Mi jefe, fue a visitarme, y me dijo que el caso se había resuelto, habían encarcelado al gerente. Trate de decirle que él no había sido, pero fue inútil, no podía expresarme.

Pasaron algunos años, en los que no podía moverme, pero tenía a mi enfermera que me cuidaba. Un día mientras me leía el periódico, ella me mostró la fotografía de su pintor favorito, mi sorpresa fue que era el Sr. Rene, se había cambiado el nombre a Rene Magritte, pero era el mismo; al parecer había hecho una exposición de pintura en Nueva York, donde estaba su mas reciente obra… “los amantes”, que era una replica exacta de aquel terrible asesinato que quedo impone, gracias a mi. Jamás pude recuperarme de eso.