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Al ver Bocaccio 70, el genial film italiano dirigido por Vittorio De Sica, Federico Fellini, Mario Monicelli y Luchino Visconti, mi tía Mecha, quedo tan impresionada con Sophia Loren, que a partir de allí, comenzó a vestirse, a caminar, a peinarse y a seducir como la bellísima actriz Napolitana. Su comportamiento era tal, que hasta el mismísimo Carlo Ponti se hubiera confundido. Obsesionada, leyó algunas biografías, vio la totalidad de sus películas y comenzó a estudiar el idioma “dil Dante”.
En los ámbitos que frecuentaba, decidió comportarse como una verdadera diva ante la mirada boquiabierta de amigos y parientes. A los pocos meses, al llegar el verano, suspendió el habitual descanso anual en Mar de Ajo con sus padres, para viajar sola en avión a Mar del Plata e instalarse insólitamente en el lujoso hotel Hermitage.
Y fue precisamente en esa ciudad, en el último y solitario día de sus vacaciones, cuando caminando por la playa vio a un hombre de espaldas observando el mar. Inmediatamente, intuyo que no era cualquier hombre, sino que era “el hombre”. Se acercó disimuladamente y tendió la lona para asolearse a su lado. El caballero, cuya postura resultaba inconfundible, giró la cabeza al percibir el cercano movimiento. Se encontraba de pie con las piernas ligeramente abiertas, las manos colgando de los dedos pulgares en la cintura del pantalón y el cigarrillo sujeto con flojedad en el extremo derecho de sus labios. Indiscutiblemente, se trataba de Humphrey Bogart, bueno no, en realidad se trataba de Atilio Fisiccia, quien dentro suyo, donde esta la personalidad que cuenta, llevaba a Bogart.
Inmediatamente, en un atractivo gesto de caballerosidad, se puso en cuclillas y socorrió a la preciosísima dama quien luchaba contra el viento y la arena para acomodar su lona.

-Gelo beibi…you are very beatiful…guan dool- Le dijo con voz ronca.
-Tante grazie, signiore—Respondió mi tía fascinada con el encuentro.

Conversaron animadamente varias horas, la acompaño hasta el hotel y se besaron en la puerta. El beso, resulto tímido y con vacilaciones, ya que ninguno de ellos recordaba alguna película donde Humphry y Sophia se hayan besado.

--Mañana ya no estaré aquí muñeca, tengo asuntos que atender en Buenos Aires.— Aclaró Bogart
--Que casualidad, yo también viajo mañana a Buenos Aires. Debo presentarme en mi trabajo--
--¿Qué tipo de trabajo, beibi?—
--Trabajo en la fábrica Alpargatas, área administrativa—Dijo mi tía.
--Bueno, bueno, continúan las casualidades muñeca, yo también trabajo en Alpargatas, sección saldos y retazos—

Rieron con ganas festejando toda la coincidencia, luego volvieron a besarse, pero esta vez, como Mecha y Atilio. El beso los atrapó definitivamente. Cenaron en Raviolandia, volvieron a la playa para caminar descalzos y abrazados a la luz de la luna. Pasaron juntos la noche en una pensión frente a la terminal de micros donde se hospedaba Humphrey. Al día siguiente, devolvieron los pasajes del retorno comprados con anterioridad y decidieron volver juntos haciendo dedo.
Viajaron en un viejo y destartalado camión que transportaba aves de corral.
Maldijo su suerte el chofer al no llevar consigo una cámara fotográfica. Jamás nadie le creería sobre sus ocasionales pasajeros.

Se casaron seis meses mas tarde. Lo hicieron en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Eligieron hacerlo lejos del periodismo del espectáculo y la farándula. Solamente asistimos familiares y algunos compañeros de Alpargatas. Aprovechando la presencia de un monaguillo negro, lo hicieron sentar frente al órgano y reemplazaron la marcha nupcial por “Según pasan los años”.
Ya declarados marido y mujer, Atilio, que ya era ni más ni menos, que mi tío Humphrey Bogart, se dirigió al monaguillo.
--Tócala de nuevo, Sam— Provocando emoción y lágrimas en todos nosotros.

Ni Roma ni Hollywood. Decidieron vivir con sencillez en una casita en Lomas de Zamora, que tal vez, se asemejaría mucho a la de las afueras de Nápoles donde nació Sophia. Los visité durante treinta años. Mi tío Humphry, nos deleitaba narrando historias de espías, de gansgsters, de traficantes de licores o de oficiales de la marina en la guerra. Relatos que provocaban mi asombro y el habitual festejo de mi tía Sophia hacia su amado héroe. Ella por su parte, nos servia vino, mortadela, bondiola y queso mientras nos describía detalles de las filmaciones y pormenores de las vidas de Victorio De Sica, Marcelo Mastroiani o Vittorio Gassman. Nos hablaba de Cinecittà y también de San Remo porque le fascinaba cantar “Ho capito che ti amo”.

Nunca mas volvieron al cine, porque decidieron ellos vivir cinematográficamente. Lo hicieron ligados a la aventura, al amor del bueno, a las románticas canciones, a las comidas a la luz de las velas y el ardor de sus propias miradas. Fueron guionistas, directores e intérpretes de la más bella de todas las películas. Una historia de amor basada en el respeto, la confianza y la absoluta ausencia de egoísmos.

Una espantosa noche de agosto, mi tío murió como en una novela de Sir Arthur Conan Doyle. Lo mato accidentalmente la policía persiguiendo a una pandilla de traficantes en el barrio donde vivían. Mi adorable tía, aun vive en un geriátrico donde tiene su propio club de fans. Todos los domingos, la obligan a ponerse el trajecito colorado, el inolvidable sostén negro e interpretar la magnifica escena de boccaccio 70. Me gusta entrar en el final del acto mientras todos la aplauden, entregarle flores, abrazarla y decirle cuanto los amo. Porque fueron ellos quienes me enseñaron, que no hace falta vivir con una propia y mediocre personalidad existiendo tantas otras para elegir.

Ernest Hemingway

Texto agregado el 16-11-2007, y leído por 820 visitantes. (27 votos)


Lectores Opinan
20-03-2008 Bueno lo tuyo, a la hora de escribir, está por encima del nivel de preuniversitario (lamento llevarle la contraria al tío Fermín), y lo digo porque hay años, tiempo y oficio. La mejor película se basa en un buen guión, y todos podemos llegar a un Oscar o a un César ¡Qué mas da! La importancia está en vivir, nuestra película, claro. maravillas
11-03-2008 Excelente película que acabo de ver a través de tus letras. Mi felicitación y mi respeto. yomismosoy
10-01-2008 Ernest, Magnífica intención la de tu relato, el mensaje creativo a rabiar y de no ser porque comparto la vida con Salvador, que también es maravilloso me hubiera quedado prendada de usted. Gala. divadelasflores
05-01-2008 Sin el menor desperdicio ,ahora a las cuatro de la mañana de un viernes, hora en que vuelvo de trabajar de un dia injusto y tirano he tenido la suerte de decidir leerlo abrakan
02-01-2008 Excelente. Un cuento de una factura totalmente original y narrado en forma magistral. Felicitaciones y un abrazo castillo
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