RINÉ
por Daggaz
[Hay una silla en escena. Entra Riné a la escena y mira durante un rato la silla. La cambia de posición varias veces, tratando de acomodarla, mirando al rededor, como si tratar de cuadrarla de alguna manera y que a la vez resulte cómoda].
[Por fin escoge una posición y toma asiento. Mira hacia ambos lados con una sonrisa de complicidad. Luego saca algo de entre su ropa y lo toma con mucho cuidado entre ambas manos. La mira y ríe pero mientras observa con mayor atención lo que hay entre sus manos poco a poco la risa se va convirtiendo en llanto.]
RINÉ: ¡Pobre del pobre Riné! Ya no le queda nada, ya no le queda nadie. Su pobre esperanza está toda dormida. [Acaricia la cosa entre sus manos]. Mi pobrecita esperanza ya no puede más. Está agotadísima.
[Mira tiernamente entre sus manos y poco a poco va dejando el llanto, una sonrisa aparece poco a poco. Se levanta de la silla y con cuidado guarda la cosa entre su ropa. Da dos pasos hacia el frente y mira el piso. Lo observa detenidamente, se pone de rodillas y sigue examinándolo muy cuidadosamente. Se levanta rápidamente y va por la silla, luego la coloca sobre el sitio que estaba examinando. Luego, se ve de nuevo en la necesidad de acomodar la silla, la termina poniendo de cabeza y se sienta allí.]
[Saca una hoja de papel de entre su ropa y juega con ella doblándola y girándola mientras va cantando]
RINÉ: [Cantando]
Las tristezas no me espantan,
pues que sus extremos suelen
aflojar cuando más duelen.
En los casos de ventura
pueden tanto las porfías,
que salen de una tristura
mil veces mil alegrías.
Van mudándose los días
y los males pues que suelen
aflojar cuando más duelen.
Mientras va cantando va rompiendo la hoja en pedacitos pequeños y los va dejando caer al suelo.
RINÉ: ¡Con mil demonios! ¡¿Cuantas veces más tengo que repetir lo mismo?! No soy un hombre... Solamente soy un personaje, únicamente soy un personaje encarnado. ¡Y no tengo razones más que morales para reclamar!. Por que, a pesar de todo esto ¡existo! y me consumo en cada frase en cada palabra. Desdichado soy pues, ya que no soy como ustedes, que tiene siquiera la creencia de la vida plena y eterna, que tiene su «libre albedrío» y creen que no están sujetos a un guión. ¿Y que sé yo? Tal vez yo mismo me hablo en vano, aquí solo, filosofando sobre mi existencia vana; sobre mi humanidad.
[Luego, toma una actitud totalmente diferente, mira al publico y se sorprende, medita y luego de un rato comienza a cambiarse de ropa. ]
RINÉ: [al público] Señores, ¿Saben por qué me he cambiado de traje? Por que aunque tengo ya mi destino, vuelvo a la razón, vuelvo a formarme de manera intelectual para realizar lo que vengo soñando desde hace mucho tiempo. Así que voy a despedirme de todos ustedes.
Nadie podrá decir que sólo me he jactado de poder realizarlo. Siempre puede uno salir de su encantamiento. Después de la enfermedad recupera la salud. Por otra parte no he perdido mi tiempo, me he cultivado y he amado lealmente... En fin me voy de aquí, Reiné se va y no volverá mas que para restregarles en la cara que soy más de lo que creen, más de lo que yo mismo creo y más de lo que este desvergonzado actor, piensa que soy.
[Parece que empaca algunas cosas, lanza algunas miradas burlonas y algunas muecas y sale de escena cargando unos bultos imaginarios.]
FIN
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