El destino un día nos acercó y parecía que éramos felices. Al menos eso creía yo... Que éramos felices. Pero luego no volviste nunca más a mi lado.

Y estoy aquí mirando inerte al monitor, como si a través de el pudiera observarte. Y luego me doy cuenta de que casi estas a mi lado.

No sé porque siempre he creído que el destino no lo hace uno sino que ya está predefinido.. Y el destino algún día nos descifrará nuestros caminos. Tal vez eso es lo correcto, y aunque no lo comparto, imagino que debe de ser así. Y entonces te digo. Que en la vida los caminos son largos y las noches frías. Que vendrán las tormentas del invierno y las sequías del verano. Que vendrán las tristezas y también las alegrías, pero los caminos son largos y las noches frías.

Sí. Estoy aquí mirando inerte al monitor, como si a través del pudiera observarte. Y me doy cuenta que de alguna manera casi puedo alcanzarte.

Y te diré. Que cuando no quieres escucharme no lo hagas. Que cuando no quieres escribirme no lo hagas.
Pero no me quites el recuerdo de tus ojos mientras brillaban a la luz de la luna.
Pero no me quites el recuerdo de tu dulce sonrisa entremezclada con el arrullo de los ríos.
Pero no me quites el recuerdo del calor de tu piel bajo la lluvia en los días de invierno.
Pero no me robes mi esperanza de tenerte por siempre conmigo.
Porque los caminos son largos y las noches frías.

Y estoy aquí mirando inerte al monitor, como si a través del pudiera alcanzarte. Y es que pareciera que te estoy viendo así tan hermosa... Tan dulce.