CLEPSIDRA


Sentado en mi trono de poder,
Cobijado bajo el lúgubre abrazo de la noche
Todo sucumbe a mi paso.
Impíos han sido mis actos,
Conscientes y sin arrepentimiento;
Pero más cruel es el recuerdo,
Esa triste nota jamás olvidada.

Sangra mi alma
Que se mezcla con el hielo de mi corazón,
Ahora todo es distinto,
Poco queda de aquel ser antaño luminoso,
Sólo una cicatriz para no olvidar el dolor,
Una grieta en las entrañas
Que escupe fuego y miseria.

Un lamento rompe la armonía de la noche,
Las estrellas se ocultan ante cualquier mirada,
Sólo el frenesí del viento parece indiferente a todo,
Un acto oculto y perverso ha sido concebido,
Ya no hay vuelta atrás,
La clepsidra ha roto su barrera
Y gota a gota derrama toda su desgracia.