Una oreja sostengo
ensangrentada en mis manos
porque no escuché tu lamento.
Te doy cuanto te hube negado.
Una oreja me corto
que fue inútil para mi hermano
para sentir dolor de veras
por no haber estado a tu lado.
Una oreja te envío
y sabrás cuánto te he extrañado
aunque sea un pobre imbécil sordo
que piensa con toro pasado.
Una oreja no admites,
mi muy querido hermano sabio.
Déjame, te haré un regalo.
Recordabas mis melenas:
pronto las estarás guardando
Las mereces tú, hermano.
Texto agregado el 23-03-2003, y leído por 344
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Lectores Opinan
23-03-2003
Lo leì tres veces y las tres encontrè significados distintos. Da mucho a pensar. Es bellìsimo tu texto. Un abrazo gammboa