No tengo mucho que decir. Eso dije ayer, y lo seguiré diciendo. No me torture mas con sus preguntas. Cree que le respondería después de lo que he pasado, de lo que veo diariamente que hace, e impasiblemente usted no reflexiona. Es algo automático. Las tuercas, de su rutina estan bien ajustadas, con certeza , hacia lo horripilante. Por qué no me desata. Mi estado de caquexia no le dice nada, no se si hablo con usted, o es mi mente la que divaga, no veo carne en mis huesos, o puede ser que mi retina esté isquémica, y lo vidrioso que veo, ni siquiera sea mi cuerpo. Algun día hice parte del engranaje que usted creó, y que ayer quise destruir. Es tan ignominiosa saber que usted existe, la nausea que siento es repulsiva, me produce devastadores pensamientos, apocalipticos hacia la raza humana. Quien puede creer que se busque tanta crueldad, por el poder. Porque me toca el pulso, no me diga que le importo, o quiere registrar ya mi hora de muerte, certificar mi defuncion. Todavia tengo actividad cardiaca, toda mis funciones mentales me lo recuerdan. Quisiera volver a tiempos menos violentos de mi vida, cuando era niño y jugaba a las escondidas, a la lleva, con las canicas, no tenía preocupaciones, sino riñas entre niños por cosas sin trascendencia, al menos mi vida no estaba comprometida. Si, si, todo esto es injusto, pero no hay vuelta de hoja, no hay marcha atrás , no deseo la reivindicación, no deseo pasar a la historia. Deseo morir.