EL
JARDÍN
DEL
SEÑOR LLOSOLO
A. Alabort Flórez
Era el jardín del señor Llosolo, él vivía solo y sólo se dedicaba a cuidar de su jardín.
Había puesto una verja muy alta alrededor de su casa para que nadie pudiera ver su espléndido jardín, y si alguien intentaba asomarse el Señor Llosolo tenía preparadas un montón de piedras para tirarle.
No, nunca ninguna persona había podido mirar, ni siquiera un pétalo de los millones de flores que rodeaban la casa.
Un día salió el sol, y como todos los días a las ocho en punto el señor Llosolo se preparó para regar todas sus plantas. Las cuidaba muchísimo, las mimaba para que no se pusieran enfermas, para que tomaran bien el sol, para que estuvieran perfectas en todo momento. Todos los días a la una en punto dejaba de regar y se metía en su casa para comer. A las dos ya estaba listo para salir al jardín y continuar con su única tarea... así todos los días, los meses, todos los años desde hace mucho tiempo.
Lo que no sabía el señor Llosolo era lo que pensaban las plantas de todo esto. Él creía que su jardín era el mejor del mundo pero nunca le había preguntado al jardín si pensaba lo mismo.
Ese día cuando el señor Llosolo ya había puesto en orden el jardín y todo era silencio la Margarita blanca llamó a los Claveles que tenía al lado:
- ¡Eh! ¡Clavel! ¡Clavel, escucha!
- Dime Margarita, pongo todos mis pétalos en escucharte.
- Mira – le dijo Margarita en voz baja- estoy pensando que aquí todos somos casi iguales...
- ¿Iguales? –dijo Clavel poniendo cara de sorpresa- mira a tu alrededor, aquí no hay nadie igual. Pregúntale a la Rosa si se cree igual que, ¡Verás lo que te contesta!
- ¡¡Pues que diga lo que quiera!!- contestó Margarita con un poco de orgullo- Lo que te quiero decir es que aquí sólo nos ve el señor Llosolo, y yo creo que hay más como él detrás de esa pared.
De repente se fijaron en que el gladiolo estaba escuchando, todas sus flores miraban a la Margarita.
- ¡Perdón! No quiero interrumpir vuestra conversación pero... creo que estás loca de remate Margarita. Estás más loca que la Enredadera que siempre intenta trepar por la casa, ¡menos mal que el señor Llosolo la corta cada poco!
- ¡¡¡La Enredadera!!!- exclamó Margarita - ¡Cómo no se me ha ocurrido antes! ¡Gracias gladiolo!
Margarita se preparó para llamar a la Enredadera, nunca sabían dónde podía estar porque crecía por todos los rincones...
- ¡¡¡Enredadera!!! Ayúdame a llamarla Clavel. -Y los dos gritaron: -¡¡¡Enredadera!!! ¡¡¡Enredadera!!! ¡¡¡En-re-da-de-ra!!! ¡¡¡En-re-da-de-ra!!!
Las Gerberas se dieron la vuelta eran muchas, grandes y de muchos colores, una de color amarillo dijo:
- Margarita ¿Qué te pasa? Estamos tomando el sol tan tranquilamente y no paras de hablar…
- Es que – susurro la Margarita – la enredadera seguro que alguna vez ha visto lo que hay detrás de la pared, igual si nos ayuda todos podremos verlo.
La Gerbera se quedó pensativa, con un pétalo se rascaba, y dijo:
- Creo que es una idea…¡¡¡Estupenda!!! Nunca habría pensado que hubiera algo detrás, para mi sólo es distinto el señor Llosolo…¡¡¡Vamos a llamar a la enredadera!!!
Y los tres: Margarita, Clavel y Gerbera se pusieron a gritar:
- ¡¡Enredadera!! ¡¡Enredadera!!...-así estuvieron un buen rato, pero no aparecía.
- Igual es que está muy lejos – comentó un poco desilusionada Margarita.
En ese mismo momento notaron que algo se movía debajo de ellos, era algo que se agarraba a los tallos de las flores. Por fin apareció a su altura. ¡Era Enredadera!
- ¡Hola! – dijo enredadera con una sonrisa- os he oído desde el otro extremo del jardín y aquí estoy... ¿Qué queréis?
Margarita se puso muy seria alzó la voz y dijo:
- Enredadera necesitamos que nos ayudes en un plan muy importante para nuestro jardín…sigue contándole Clavel
Clavel con la misma seriedad continúo:
- Llevamos mucho tiempo aquí, con el señor Llosolo cuidándonos todo el rato, pero queremos saber cómo es la vida detrás del muro que rodea nuestra casa y …sigue tú Gerbera
- Queremos que nos ayudes, porque igual tú en alguna ocasión has mirado detrás del muro…el señor Llosolo vive sólo y solo está con su jardín, igual tú nos podrías ayudar a que todo el jardín y él viéramos otras cosas.
Enredadera no pudo contener su emoción y dijo:
- Por supuesto que os ayudo, además tengo pensado el plan desde hace mucho tiempo…
- ¿Sííííi?- preguntó Margarita.
- ¡¡¡Siii!!! -respondió enredadera- hace unas semanas empecé a trepar y me encontré de repente encima del muro. Allí detrás vi muchos como el señor Llosolo, pensé que si él no se dedicara a cuidar sólo del jardín podría tener muchos amigos. También había muchas flores, árboles y otras muchas cosas rarísimas que no sé ni cómo explicar ni cómo se llaman…
- ¡¡¡Cuéntanos tu plan!!! – exclamó Clavel con muchas ganas de saber cómo conseguirían subir tan alto
- Pues atención – dijo enredadera- mucha atención. Todas los días el señor Llosolo nos riega y nos cuida, durante varios días tenemos que guardar todo el agua que nos eche y así dentro de poco una noche creceremos mucho y sobrepasaremos el muro…así nosotros veremos lo que hay y también nos verán a nosotros..¿Qué os parece?
Todas las plantas del jardín estaban mirando a enredadera, todas estaban quietas, asombradas, con la boca abierta.
A lo lejos se oyó una voz muy dulce, era una Rosa:
- Enredadera... ¿Tú crees que tu plan funcionará? Siempre he pensado que Margarita y tú estabais locas, pero me gusta lo que has dicho.
- Rosa – dijo enredadera – por supuesto que funcionará, pero tenemos que ser fuertes y aguantar varios días guardando el agua y no cogiéndola…
- Así que pasaremos un poco de hambre – dijo Gerbera
- Pues creo que sí – le contestó enredadera- pero así es el plan… ¿Quién se apunta?
Y una tras otra todas las plantas del jardín dijeron que sí…Margarita estaba emocionadísima, y también muy cansada, quedan pocas horas para el amanecer, para empezar su plan…a pesar de la emoción todo el jardín se quedó dormido….
El cielo empezó a cambiar de color de azul marino pasó a naranja, Rosa y por fin un azul intenso llenaba todo el nuevo día.
Todo el jardín estaba muy nervioso esperando a las 8 en punto para que saliera el señor Llosolo… A las 8 en punto salió y empezó a cuidar y a regar su jardín. El señor Llosolo muchas veces hablaba con sus plantas, les cantaba y les recitaba poesías…claro en su casa eran las únicas que podían escucharle.
Pero hoy todas las plantas estaban listas para su plan y todas pensaban que gracias a su plan igual el señor Llosolo podría hablar y cantar a otros como él.
Pasó el primer día, el segundo y el tercero. Las flores estaban muertas de hambre, pero no cogían ni una gota de agua pensando en su plan….y así llegó la noche esperada….
La enredadera trepó por la casa a una velocidad increíble y cuando estaba en lo alto dijo a todo el jardín:
- Cuando yo cuente tres vais a empezar a crecer todo lo que podáis, estiraros todo los que podáis, todo lo que podáis…¿Estamos listos?
- Todo el jardín respondió: ¡¡Siiiii!!!!
La enredadera cogió aire y gritó:
- Una….dos……y….¡¡¡¡¡tres!!!!!
Todas las plantas a la vez, con todas sus flores empezaron a subir, a subir, a subir...más y más y más. Hacían no pocos esfuerzos para llegar más alto pero en un momento se oyó a
Margarita que gritaba:
- ¡¡¡YAAAAA…LO VEO!!! ¡¡¡Que bonito!!
Así todas las flores, una tras otra fueron descubriendo lo que había detrás del muro. Estaba todo el jardín muy contento, aquello era una gran fiesta….y amaneció…
Todos los vecinos del señor Llosolo estaban en la puerta de su casa asombrados viendo el jardín por encima del muro, exclamaban:
- ¡¡Esto es asombroso!!! Pero ¿Habrán sido las plantas solas? Es imposible…
Llamaron a la puerta de la casa del señor Llosolo…
El señor Llosolo salió de su casa y no se podía creer lo que estaba viendo, estuvo a punto de cortar todas sus plantas...pero ¿Cómo iba a destrozar su adorado jardín?
Con muy mal humor salió a abrir la puerta...y se encontró a todo el vecindario felicitándole por e jardín tan bonito que tenía… un hombre le preguntó:
- ¿Cómo ha conseguido tener este espectacular jardín?
El señor Llosolo respondió:
- ¡¡¡No se puede llevar ni una sola de mis plantas!!! ¡¡¡No sabe lo que le haré si me roba algo!!!
Una niña que estaba al lado del hombre le dijo:
- No queremos quitarle nada, sólo verlo…¡¡¡es el jardín más bonito que he visto en mi vida!!!
- ¿A si?- respondió asombrado el señor Llosolo- ¿no me vais a robar?...bueno entrar a verlo, pero sólo por esta vez…
- ¡¡¡Muchas gracias!!! – dijeron muchos de los vecinos y trasparon la verja del señor Llosolo .
Se admiraban de los bien cuidado que estaba el jardín y le preguntaban muchas cosas sobre su jardín y sobre él. Lo primero que le preguntaron era cómo se llamaba, el respondió que señor Llosolo, le volvieron a preguntar que el apellido no, que les dijera el nombre, había pasado tanto tiempo llamándose Llosolo que se le había olvidado su nombre… les respondió que a partir de ese momento su nombre iba a ser Amigo.
A los pocos días las plantas volvieron a bajar, y el jardín ya era normal. Pero en ese tiempo el señor Amigo Llosolo ya había derribado el muro y había convertido su jardín en un sitio de encuentro para todo el vecindario.
Los vecinos traían también sus plantas y el Amigo Llosolo las plantaba al lado de las suyas…
- Margarita – preguntó Clavel- ¿Qué tal estás?
- Como imaginas Clavel: mejor...imposible.
FIN
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