Me miro al espejo y no me reconozco,
yo siempre he sabido lo que verdaderamente soy,
y ahora, llegado este momento en que mi alma se resquebraja
pidiendo a gritos que resurja por las dos
me escondo en un rincón y me tapo los ojos
no quiero ver nada de lo que pase alrededor.
Si reconozco haber crecido
y haberme endurecido en cuerpo y alma,
haber sido la más valiente en las peores circunstancias,
gracias al miedo alimentaba mi valor,
nunca creí en dar por perdida una causa,
pero ahora, ahora también reconozco estar cansada.
Cansada de enfrentarme al mundo, cansada de librar batallas,
en las que me convierto en mi enemigo,
alzando las armas y combatiendo contra mi propia rebelión,
eliminando a cada paso
todo aquello que forjé con esfuerzo, con creencias y tesón,
renegando de lo que un día fue fruto de mi creación.
No voy a caer y dejarme vencer por la cobardía,
no le daré la espalda a todo lo que significo,
lo que me invade, por lo que luché,
así que vuelvo a armarme con mi traje de coraje
y me voy para seguir siendo lo que verdaderamente soy.
|