Ese día me sentí frustrado porque no tenía carro.
Sabía que debía esperar el autobús un buen tiempo.
Esperaba impacientemente su llegada.
Cada minuto que pasaba se había convertido en una eternidad.
De pronto me vinieron muchas cosas a la mente.
Reflexione acerca de los acontecimientos de mi vida.
Le halle la solución a muchas cosas que eran problemáticas.
Me sentí una nueva persona y todo gracias a un autobús que no llegaba a tiempo.
Después de una larga espera el autobús llego.
Ya no quería subirme porque prefería caminar.
Al fin y al cabo, el encuentro conmigo mismo no podía esperar.
¡Desde ese día trato de dedicar unos minutos a esperar ese autobús que se tarda en llegar!
Texto agregado el 13-11-2007, y leído por 170
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Lectores Opinan
18-12-2007
Muy buena terapia.Y darse cuenta que dedicarse tiempo a uno mismo es necesario es un síntoma de madurez.De esta forma es como si disfrutaras más de las pequeñas cosas. australi-a
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