Siempre, es màs tiempo del que podemos disponer; màs del que las palabras pueden prometer; y màs del tiempo que yo espero. Mas, siempre supe que existìa algo superior a la razòn, superior al tiempo mismo entre èl y yo. Ni la trascendencia de los hechos del pasado ni el dolor han logrado detenernos, hemos descubierto que por el otro y para el otro el amor existe.
Caminamos, siempre toma mi mano; me abraza mientras avanzamos y murmura un "te amo" cerca de mi oido tan sutil y delicado que siento el rubor invadir mi rostro ante el deleite de semejante belleza; me besa y parece mentira que hace algùn tiempo contaba lunas esperando su regreso, aquellos dìas en que creìa que no le amaba y en los que creì estar tan sepultada como nuestra historia.
Comparte cada segundo de su dìa hacièndome parte de todo: de sus quehaceres; de quienes le rodean; de sus decisiones; de sus angustias; de su fe.
Le conozco tanto, a tal extremo que miro sus ojos y sè que està tan enamorado que proyecta en mi sus sueños y su futuro. Le conozco tanto, sè que puedo esperar de èl y lo que espera de mi. Sus facetas màs ocultas; le he visto màs furioso de lo que imaginò estar alguna vez; le he visto llorar conmovido, emocionado, desilucionado y desesperado y sonreìr con el alma llena de esperanza ante alguna travesura de Baltazar y ante la difusa silueta de aquel ser que yace en mi vientre y que amò antes que nadie.
Le agradezco, pues le debo mucho. Le debo la felicidad de mis dìas, la fuerza con que enfrentamos los momentos duros aferràndonos el uno al otro, en los que siento que su sueño de envejecer juntos es tambièn mi sueño.