Etramic. Mundos Interiores.

Hola, mi nombre es Luz y soy mujer. Remitirme a mis primeros años de vida es remitirme a una historia que no quiero contar, por que, ¿A quién le importa? Mi niñez como yo: linda, como la madre que nunca tuve también, o ¿si? ¿ tengo madre? ¿que edad tengo?¡que importa!. Es ésta la historia que relato de Etramic, ¿En Etramic? ¡Viajemos hasta allí!

El deseo de Lali de viajar por los mundos interiores se despertó en la fría noche de agosto, un cúmulo de sensaciones en su misterioso interior. Descubrió las dimensiones prohibidas que acechaban su subconsciente durante el día prenatal, y al soñar se reconfortaba con el pleno descanso nupcial. El viejo cuidador del cementerio no conocía mas que la apariencia de un mundo de terror que allá en las sombras va. Lali en cambio, maravillada, sucumbía en su interior como llamada por siniestros espíritus de nubes negras.
Sola, apodo cariñoso, sin un hombre al lado, ¡que perversidad! dormía el sueño eterno, ¡Pasajera de desvelos te atormentarán!¿Cuándo pudo despertarse? Aquella mañana del año 2050, y sintió mucho frío. Sintió desdicha. Sintió desvelo. Se sintió prisionera. ¿Que extraña sensación te daña el corazón?
Precisamente, te encontrabas en una celda, y no te hallabas sola como esperabas. En tu mente estabas con otros, en la realidad también ¡Plasmada y vital como la vena y la vida!. Rapada, desnuda y amordazada, sin saber porque ¿No te han detenido? ¡Se toca los senos con humor cansino!. Leves sospechas de quien podía ser tu captor, imaginario o tan real, ¡Que lo mismo te da!. Después de todo te habías quedado dormida, era tu vida... y al despertar, todo había cambiado, en apariencia, era tu vida... Otra casa, otro hogar, sin ropa, rapada, sin mascotas y aturdida ¡seguía siendo tu vida!, como si hubieras viajado en el tiempo y escuchado la bocina que te dice: ¡Arriba!.
Ella era la misma, se sentía la misma joven valiente y audaz. Todos la miraban con deseos de hacerla suya. De dominar ese espíritu salvaje. La periodista, era honesta consigo misma y con su entorno. En el mundo en el que vivía ya la empezaban a extrañar, y, ¡Es que desapareció sin avisar!.

Se quedó dormida y ya no despertó, afirmaba el doctor Wait, racional y poco práctico.
Rompiendo toda lógica Selva esgrimió una teoría no tan descabellada. Si es la selva o no es la selva: ¿Dónde ha de estar?

-Ella no se durmió, está soñando, dijo. Y eso quiere decir que ya no está con nosotros en este mundo, ¡Oh mundo cruel! que se encuentra en otra habitación alejada.

-¿No está con nosotros? Veo su cuerpo, tan carnal como la vaca que hizo dieta.

-Su alma viaja por las blandas nubes, por las rasposas vías, por el turbio subsuelo, por el gris cielo. Se tensa marea, se retuerce el metal, se contrae corazón, se estira piel, su alma se rompe, pero no está. Podemos contactarle dijo también Selva, con un guiño y un mensaje ¿Quizás? mientras encendías un cigarrillo y recogías tu cabello de trigos negros con impúdicas manos.

C.Wait pensaba distante, el tornillo aferrado de su silla voladora no está haciendo un raro gesto con su boca, que para Selva simbolizaba algo así como el esplendor de los paisajes imaginativos que habían pintado pensamientos de su mente, en las paredes interiores de las pirámides los mayas, y los que sabían imaginar y dibujar, hasta en épocas prehistóricas lo que nadie todavía había visto porque nunca existió¡Jamás!.

Perdidos en otras dimensiones tan irreales, como la nuestra. Sintió como se desvanecía la pared de musgos de gelatina, intocable o casi intocable porque dejó de creer en ella, y en ese instante, sin embargo, el mundo, y todas las construcciones , mamíferos y personas de su interior le seguían pareciendo tan reales y tan irreales como sus propias ideas, promesas, juramentos y pensamientos, como el mismo asfalto derretido y sin derretir en el flan, como el calentamiento global, como una tormenta de hielo, como el mismo, como ella misma, como el mítico principio y fin del mundo, universo conocido y por conocer, y como toda la historia de la humanidad misma, hasta la de los propios extraterrestres, y no se equivocaba, razonaba inteligentemente y aquello mismo era lo que la propia experiencia, ella misma, experimentaba, en su cuerpo, alma y mente. Conectada o desconectada, todo era igual, lo experimentaba, lo experimentó una y otra vez, en cuerpo y espíritu, un mundo de calientes sensaciones. ¡Que despiadado destino!

Echa el ojo, Laura buscando sabiduría, leyó que la belleza y los cosméticos son incompatibles.
En un hotel, la veo andar, su lengua es mi placer, en un hotel. Bebo de su andar y es regocijo para mis ojos. Siento que es mía después de que terminó con el desamparo de su cama, y que de mi mano camina. Es tan bonita como debe ser, pura como la miel. A veces se enoja, porque no soy un degenerado, la aprieto fuerte y hacemos el amor en una cama de agua junto a orquídeas que adornan el hotel, celosas en su savia, en silencio, sin saber que decir. La historia se repite cada noche, nos encontramos en un hotel a espaldas del bullicio. Difusos los colores del arco iris bajo mis párpados son hamacas gentiles y descubro mas allá del prado. Recorrer la senda que alguna vez mis pies han caminado. Es maravilloso saber que recostado y parado, sigue allí el mar, imperturbable, movedizo, sin arena al lado. Que la barca es crucero del amor, y en ella he bailado. Mandiax viendo cólera en el rostro amigo de Jup arroja su manto de piedad en un recitado de saber. Me llamo luz y soy mujer, como les contaba:
La filosofía de sus palabras conlleva implícito un dejar pasar a mostrar la ciencia de sus palabras mas sublimes. Percibiendo la realidad con sus ojos anonadados, se despierta en él la sed de la sabiduría, como un racimo de jugadores, ambos disfrutan repasando mentalmente en segundos su sapiencia, para volcarla sobre la dureza de la radiante conversación. Era inevitable la respuesta de Jup, en un amago de locuacidad, llevando su consternación al infinito interior y su dedo apuntando su ardiente sien. Seguro de si mismo, apostando al frío razonamiento, condescendiente con sus auto-reflejos y egocentrismo animado.
Quepa en ambos la tormenta, porque de ella, el provecho de saberse lo que son, los hace sentirse vivos. Oraciones se enjuagan en el embudo del debate. En su raciocinio Mandiak sabe transpirar la camiseta. Jup sabe pensar cuando la pimienta es el pensar. Reunieron sus habilidades para descifrar el acertijo. La pared de la habitación volvióse transparente y muda pintada de rojo, azul y negro sus labios, puede alterar sus ánimos. No es de la misma loable opinión Selva, quien ve en los tonos superfluos la mejor disposición incluso en los muebles de las suites privadas. En una suite privada se alojó el ingeniero Damián Decar. Se quejaba de la incomodidad, a propósito, encontró que los muebles están alojados de tal forma que para caminar entre ellos, ¡Deportista Intrépido! debía sortear obstáculos. La mesa tiene un sistema de engranaje que dota de movimiento su corteza lenta, la mesa se desplaza de un extremo a otro, moviendo su plataforma a lo largo y ancho veloz, la mesa fue bien entrenada, la mesa es un robot pensante. No llega a tocar la pared que vuelve al centro de la sala, y del centro hacia la otra pared. Las paredes además de la pintura, presentan concavidades vivas. Las sillas se mueven, su forma sobrehumana. Los platos acristalados, tenedores y cuchillos de plata levitan rompiendo toda regla de la naturaleza muerta. Para Decar no eran mas que obstáculos, se preguntaba que medio de locomoción eran y que frutilla movía los pesados muebles. Cuando miró a la dislocada pared se dio cuenta de su parecido con la silla y la mesa. La pared sonreía y se movía también. Bajó su mirada y vio un control remoto. Fue en vano que presionara sus botones, nada activaba o desactivaba su funcionamiento alocado. ¿La pared está o no está? Se preguntó. De repente observó una feroz pelea de animales en el aire, pronto desaparecieron y se apresuró a enviar correos electrónicos a aficionados para que alguien se encargue de filmar los fenómenos que ocurrían en la habitación. Muchos dispositivos electrónicos fueron traídos para la ocasión.