Cómo le digo para que me entienda. Mire, acompáñeme, me cae simpático, le voy a mostrar y explicar todo. Si le parece, nos va llevar un tiempo, tiene disponible el suyo.

Esto es lo que le quiero decir. Ve, ve la esquina, ya se encuentra totalmente habitada, no cabe un alma más en ella. Sabe, se le esta agotando la paciencia a la esquina, son muchos años, muchos habitadores. Nadie la escucho y bueno, ahora son cada vez menos los que la disfrutan.
Fíjese, así de difícil esta la cosa. Ya no queda ningún lugar, las esquinas no aceptan a nadie por el momento.

No se me decepcione, lo llevare a ver a las terrazas, tal vez encontremos un lugar.

Espéreme afuera, voy a fijarme si están. No se asuste, pero no me va a creer lo que vi., las terrazas están llevando a cabo un congreso, sobre quien son. Si quiere entramos a ver si usted tiene suerte y encuentra un lugar. Se encontraba hablando la terraza mas joven, justificando sus dichos y poniendo todo su énfasis en el hecho de que ella no se sentía terraza; “como puedo sentirme terraza, si ya no nos queda identidad. No sabemos quien somos, nos construyen jardines, piletas, canchas, se nos paran los helicópteros, nos techan y todas las cosas que ustedes saben, nos quiere llevar hasta el punto de casi no dejarnos respirar, de no dejarnos ser. Y depuse de todo esto, ustedes, pretenden que yo diga que soy terraza, no, no y no. Ya no somos, solo les queda la nostalgia del fuimos. Escúchenme terrazas, debemos reformularnos la pregunta. No debemos preguntarnos mas porqué ser, sino ser para qué, recién después de esto empezaremos a respirar un poco mas libre”.


Solo lo mire, cualquier palabra estaría de mas. A medida que nos alejamos, le empecé hablar de la posibilidad de los balcones, le iba enumerando las ventajas y desventajas de ellos. Luego, le comente si deseaba hablar con alguno. Si quiere, podría llevarlo con uno que sabe no por sabio, sino por viejo.
Aquel balcón nos contó la historia de ellos, como habían sobrevivido, como ayudaron en cada época. Era un libro de historia que hablaba. Luego nos pregunto si no mirábamos hacia arriba, porque si miraran se darían cuanta que ya no hay nidos, solo hay rejas en nosotros.

Ya encontrara su lugar. Yo dije que le mostraría y explicaría, bueno, ahí lo tiene. Todo esta habitado en la ciudad.