Un sencillo viajero
en un pueblo pasajero
por Europa, una noche, pasó;
y con poco dinero
que juntó con esmero
una noche en mi posada, pagó.

Le di un cuarto, el primero
y le dije sincero
"en la noche te podrán molestar,
unos gritos violentos
y mañana no quiero
que me digas que no vas a pagar".
"No me ofenda, yo tengo
-me dijo altanero-
suficiente para mí y mucho más".

Con su llave en la mano
y la noche cayendo
despidióse de mí y se marchó;
sonó un ruido lejano
y de pronto hubo miedo
mientras él subió a su habitación.

La noche fue horrible
un momento terrible
para un joven de superstición,
arrastrar de cadenas
constante retumbe
de gritos, desesperación.

El sonido violento
advertido e intenso
le cortaba la respiración;
un crujir de madera
de lenta tortura
y más gritos acontinuación.

Esa extraña mañana
bajó trasnochado
al lugar donde está recepción,
y con ojos resecos
y muy agitados
me exigió una devolución.

Le dije "no puedo
la noche ha pasado"
y no pude creer lo que hizo;
me dijo "yo debo
ser recompensado
pues su cuarto retiene un hechizo".

"¿Ah, sí? ¿Le parece?
Qué cosas tan locas
¿Y qué descripción de eso usa?"
"Pues toda la noche
oí mil cadenas
y gritos crujir de madera,
perdí mi cordura
cual en pesadilla,
del trato que hicimos, abusa"


Le dije molesto
y un poco apenado
"son falsas las cosas que acusa",
expliqué que muy cerca
si acaso a dos calles,
funciona una montaña rusa.