Voy a descontar de tus labios hoy trances rojos, no voy a permitir que acudan a mí nuevamente ya, decayendo ya tus álgidas canciones cúspides de borrascosas tuertas noches bruscas. Me creerás capaz de salir, volar hasta el cielo frío y sin tiritar contraerme mal en mi baile y tú emprendiendo otro camino tan compacto sucio y viejo como roca cruel de mármol. Besos blancos no van a despuntar esta fecha ya oscurece bien, selvas en tu sien se enardecen hoy como balas y sablazos que te cortan en la cara, si no es con sed no sufres nunca. Cúlpame de vil mercenario y cobraré por ser el filo con que separemos hierro del aroma bueno que te traes como ofrenda a cada pobre condenado que te encuentre en mala hora, nosotros los alegres marchitados de la fuerte joda rota en los bares. En tus uñas hay de mis restos medio kilo de cenizas y mis dientes apretados en tu carne. En las mías ajo veneno y cal por si te apareces. Colmena de abejas tristes y calientes.

De motoquero nomás lo rudo