Me consagro
a las palabras que nunca dije
a los domingos que crecen
como una enredadera
en las almas solitarias
Me consagro
al olor de tu adiós
acomodándose cada noche
en mis entrañas
que tiemblan
Me consagro
al olvido mentiroso
que va escribiendo
tu rostro en mi poema
menos logrado
Me consagro
a las noches lluviosas
que me arrastran
irremediablemente
a mi antro lujurioso
Me consagro
a mis faltas gramaticales
que me cobijaron
en el bello jardín de Alicia
y de su espejo.
Me consagro
a la noche siniestra
del último sueño
en el que vi tus manos
acercándose...