Te quiero, dulce fruto prohibido, he comido de tus anhelos y me he quedado adicta, te quiero, sí, aún cuando no estés en mi destino, aún cuando el trago sepa amargo y los días y las horas lejos sean muy parecidas a un infierno, aún cuando sea un amor no correspondido. Te quiero sin inseguridades, sin miramientos, sin caretas, sin juegos, te quiero porque eres afectuoso, porque eres dulce... dulce amor traicionero. Te quiero en la distancia de la cercanía, en la envidia no concebida, en los pasos que damos, cada día mas remotos... te quiero en mis silencios y cada uno te dice cuánto es que te quiero, te quiero en medio de la tempestuosa necesidad de tenerte cerca, en los te extraño no dichos, en los besos no dados, en los suspiros no contemplados, en los pensamientos mas dulces y mas perversos... te quiero en medio de la melancolía, de la tristeza, de la alegría, de la ansiedad, de la desdicha, en el freno impuesto, insertado por la vida, te quiero aunque no me pertenezcas, aunque deba irme sin mirarte, porque solo una mirada bastaría para quedarme y sé que será después mas dura la despedida... porque así tiene que ser, porque es lo correcto... Te quiero porque eres como las rosas, magestuosas, delirantes y espinosas, te quiero aún cuando me duermo, y sueño que quizá algún día... en algún momento, en alguna hora...
Te quiero en libertades y eternas fantasías, te quiero ensimismada, callada y comprometida, te quiero decidida, ausente pero conciente de que las razones son tambien tuyas como mías... quizá mas de ninguno... te quiero por los besos, las caricias, los abrazos, las palabras, las acciones, en el sentimiento de complemento, de necesidad, de comprensión, de rebeldía... te quiero con el paso de las horas, de las semanas, de los meses, de los días, con el tic tac siempre presente... ese tic tac que siempre acerca la partida... con el "tengo que irme" a cuestas, con mi eterna filosofía, con mi inestable fantasía, con mi peculiar religiosidad y mi entera melancolía, añoranza, esperanza o quizá con un tanto de vida... huellas que se quedan en suspenso de destino que la mar viene borrando poco a poco con el paso de las olas, nubes que se enfrazcan en dibujar senderos que no puedo alcanzar, soles que se esconden pariendo estrellas, lunas, cuadros que se pintan con el oleo de la memoria... te quiero aún cuando se que no debo quererte, que eres ajeno, que no eres propio, que brincas ambivalente en la historia de mis días, en el borde de mi sombra, a la vuelta de la esquina, te quiero morado, azúl o disfrazado de verdad, con tus defectos, con tus virtudes, con tus errores, con tus desiciones, con tu entereza, con tu flaqueza, con tu decidia.
La verdad es que te quiero así, tal y como eres, tal y como estás ahora pintado en mi memoria, en mis manos, en piel, en espejismo, en sueño... te quiero así, tan solo por ser lo que no han sido, tan solo por estár como no han estado, por dar lo que antes no dieron, por esa risa, por esos gestos, por las miradas calladas que dicen mucho y que yo no entiendo nada... pues al final de esto, este gran TE QUIERO, es algo que tampoco lo entiendo.
8/Noviembre/2007 |