Caminaba así, tan despreocupadamente que por un segundo creyó que todo lo demás, incluso el motivo de esa caminata, eran tan irreales como el hombre que la acompañaba. La lluvia le pegaba el flequillo a la cara, a las mejillas. Pero así se estaba bien: al entregarle su cara al cielo, con los ojos cerrados, sus lagrimas se disfrazaban de gotas de lluvia.
Él, siempre tan fantástico, lleno de luces, de soles, de devoción hacia ella. Era increíble que ella, tan bien amada, le fuera infiel. Pero sentía culpa, y eso la salvaba….se arrepentía cada mañana. Cada tarde, cada instante en que pensaba en los otros. “Dios Santo! Si no fueran tan perecidos…” se repite una y otra vez. Pero la historia es al revés de lo que parece. Son idénticos, la única diferencia reside en que, sus amantes tienen todo lo malo que no tiene el hombre que camina ahora junto a ella. Él llega en cuanto ella se lo propone, no antes, no después…solo en ese momento. Jamás se queja…solo cuando ella necesita que se queje, solo para cuadrar en la escena. Cocina, trabaja, tiene fama, fortuna, es atento, amoroso, vive pendiente de ella, jamás la humillaría…la ama mas que a su vida misma, dejaría todo por ella. Y ella lo llama cuando lo necesita. Fue un poco también, el sueño de su madre. Y suyo. Lo amoldo a imagen y semejanza de las mejores virtudes de los demás y ahí está, y vive con ella. Y bebe su vino, y sueña sus sueños. Es sus sueños. Pero su cuerpo se empeña en engañarlo, para encontrarlo. Pero su alma se niega a dejarlo…para encontrarlo. Pero él tiene algo malo. Su único defecto. Hay un solo momento en que este hombre perfecto aparece sin que ella lo invoque. Y es exactamente cuando está con otro. Cuando la besan, llega y la besa, para que recuerde que alguien la beso mejor. Cuando la aman, llega a contarle cuanto mas inmenso es su amor por ella. Cuando ella ama, le recuerda que está siendo injusta, ya que hay alguien que se lo merece más. Así vive, así camina junto a ella ahora. Así la atormenta y la golpea cada noche cuando llora, y llora cada noche después de golpearla. Así la deja sola y espera a que lo invoque por ella misma…porque sabe que en su soledad es el único que la ama de esa manera. Sabe que por más que a ratos lo odie, volverá a llamarlo y a pedirle que se quede y que aparezca por pura adicción y soledad, porque ha logrado su cometido de ganar en las comparaciones y convertirla en una inconformista. Ella no sabe que la felicidad no es un estado normal y él aprovecha eso. Ella lo espera a él, y él no piensa nacer jamás.
MarMaga (alias: Marianela Daraio) |