Es dulce no hacer nada,
estirar el cuerpo en la cama,
enredarse en chiclosudas sábanas,
abrir solo un ojo en la mañana.

Entrar en un mundo de fantasías,
rayar el cielo con un dedo.
Navegar por los sueños
en un sanguinario barco pirata.

La horizontalidad del descanso
el preguntarle a nuestro cuerpo
si quiere la vertical y natural postura,
o desparramarse inconsciente.

Como un recalcitrante y flojo gato
reacio a emprender el duro trabajo.
¿Quien diría que eso es barbárico?
Digamos mejor una forma del intelecto.

De no responder a nada.
Dejar que los interrogantes,
del cansado diario existir;
los trabajen los sesudos de siempre.

¿Para que apurar el paso?
Unos ya llegaron. Otros antes,
al umbral de las serios interrogantes,
envueltos en dogmas y misterios.

Cada vez es más increíble el no cierto.
No apures el paso, solo sueña.
Solo pido que hagas lento el caminar.
Adora los descansados momentos.

Abre tu mano y déjalo navegar,
que pase el mundo por tu lado.
Unos llorando otros gritando
con la muerte montando.

Maravíllate del cielo y del universo
Solo somos pulgas en el duro pellejo
de este globo llamado Gea.
Deja que flote el intelecto.

Nada importa. Ya habrá tiempo,
no en vano pasan los años
todos cantamos y vamos desfilando.
Total. Hay tiempo para la nada.

Nomade...flojeando