Al revisar la correspondencia, una carta me llama la atención por sobre las demás; algo me dice que no es una carta cualquiera.
La tomo con ansiedad y comienzo a leerla:
" Cuándo leas esta carta estaré muy lejos tan lejos que no habrá forma de que estemos juntos otra vez.
Solo decirte que te esperé, me ilusioné¡ cuántas veces sentí tu presencia, ¡cuántas veces oí tu voz; Me pasaba horas mirando a través de la ventana con la única ilusión de tu regreso. Amor mío, el tiempo, las horas eran largas sportando tu ausencia, solo esperaba una llamada, una carta, una señal que alimentara mi esperanza y diera fuerzas a mi corazón para seguir latiendo.
Ya no me servía vivir de recuerdos, añoraba con ansias poder abrazarte, besarte, tomar tus manos y decirte lo mucho que te amo.
Nos juramos muchas cosas, pero el tiempo se encargó de borrarlas una por una; mas mi alma y mi espíritu reclamaban tu presencia y se negaban a la idea de perderte.
Nunca comprendste que este que siento por tí es verdadero, puro como el aire que respiro, tampco creíste que serí capaz de esperar tanto tiempo; todo fue en vano mi amor, nunca volviste, nunca mas supe de tí. Hoy al escribir esta carta, quiero que sepas que nunca dejé de amarte, ya lágrimas no quedan, mi alma llora tu ausencia.
He decidido partir,¿Dónde?, no sé, quién sabe, solo se que cuándo estés leyendo esta carta, seré una luz en el infinito, o el viento del otoño, que roce tu cara, o tal vez, el ruido de las olas al romper contra las rocas.
Seré solo escencia, mas mi amor por tí no se borrará nunca, perdurará por siempre. |