...pareciera estar en un mar donde es imposible observar las estrellas que se esconden tras aquellas nubes, pareciera ser que el silencio se ha robado los derechos de este lugar recóndito...me canso de escuchar aquellos murmullos que se confunden tras las olas, aquellas olas furiosas, tan furiosas como la fuerza de tu mente, llenas de ira como el néctar que brota de tus labios y que contamina tu piel. Tengo frío, tengo sueño en este lugar, llevo un vestido negro de seda que roza mi piel con suavidad, llevo mi cabello suelto como tantas veces me gustaba usarlo, llevo mis pies descalzos para que toquen la tristeza de esta abatida tierra...Llevo mi mente vacía de tanto pensar porquerías que corroen el alma y no dejan dormir, traigo mis manos arrugadas, se han secado con el paso de los años, se han secado porque están cansadas de no tocar más que odios y temores en vuestros ojos. Mis ojos van cerrados, ¿para qué han de abrirse?, ¿Para qué conocer la luz, si ya estoy cansada de ver estupideces, de gastar mis ojos en banalidades, ya están agotados porque no aguantan el suplicio de bailar al son de otros ojos que lo único que hacen es desgastarlos y llenarlos de mentiras, de atar sus más finos movimientos, sólo por la esperanza de creer en ellos algún día...
...comienza a anochecer y vuelvo a llorar, pues me siento sola, ya no estás conmigo...¿de qué me sirve estar aquí, si no hay nada que me haga olvidar?, ¿de qué me sirve estar aquí cada día, cada día que pasa tan lentamente, si no quiero que los tibios rayos del sol toquen mi piel?...no sé, estoy rodeada de corazones vacíos que suponen aclarar los misterios del espíritu, que creen ser los elegidos, los que se han ganado el cofre de la verdad tan anhelada por todos...pues, yo te digo que son solo un ejército de ciegos, que marchan al son de la música de la tonada “mentiras”, que espiran un vaho de inconsistentes ideas que huelen a perdición y a sangre seca, sangre seca que siempre han tenido pues ésta rehuye recorrer sus furiosas venas, sus venas anhelantes de triunfos y de egoísmos malditos que se esconden bajo un manto, bajo un manto hipócrita de bondades y altruismo exacerbado...
...ya no sé cómo escapar, no entiendo por qué te has ido...no entiendo tu odio y tu afán de venganza...ojalá mi mente hubiese asumido aquella valentía, aquella valentía que siempre añoro, mas corre y se va rápidamente entre mis manos, ojalá hubiese atrapado aquel valor para decirte que escapáramos de este infierno...ojalá te hubiese entendido antes, mas mi orgullo, mi maldito orgullo ahora consumido por los años, me impidió seguir tus pasos, aquellos pasos llenos de valor que un día dejaron sus últimas huellas, fuertes huellas en esta cálida y a la vez ardiente arena...
...no tengo nada más que hacer ahora si no estás, solo morir pensando en tu recuerdo, aquel recuerdo que ocupa mi desgastada mente, mi maldita memoria, cada día, a cada minuto...ya no queda nada más que hacer que morir en este verdadero infierno en el cual me has dejado...

ANITA...
30/11/2005
12:03 am....