Te llamé, porque tu me llamastes, a mis amigos exclamaría.
Te llamé, te dije, porque solo me sentiría.
Te llamé, porque sentía que me moría.
Fui, porque no tenía nada mejor que hacer, a mis amigos le diría.
Fui, porque tenía que verte, a tí te señalaría.
Fui, porque yo no sabía lo que sentía.
Llegué, ya que si no iba, por todo lo que me dirían.
Llegué, por la amistad que te ofrecería.
Llegué, por algo que quizás no quería.
Me quedé, por todo lo que a mis amigos les contaría.
Me quedé, por todo lo que sentía y no te diría.
Me quedé, ya que ni siquiera yo sabía lo que vendría.
Estuve, por todo lo que me prometían.
Estuve, por aquello por lo cuál me buscarías.
Estuve, por todo aquello que encontrar no quería.
Me vine, ya que todo escuchar querían.
Me vine, ya que tu sentías más de lo que yo quería.
Me vine, por todo el miedo que me envolvía.
Me fui, para dar las razones que escuchar desearían.
Me fui, para que te sintieras como yo te sentía.
Me fui, porque nunca imaginé que no me arrepentiría. |