Es cierto,
tú irás al cielo,
yo al infierno.
Tú serás por siempre bella,
mientras a mí el tiempo
me irá invadiendo de arrugas,
consumando mis sentidos en debilidad
hasta extinguirlos.

Es cierto,
tú serás "rica",
yo seré "pobre",
condenado a lo mejor,
a mendigar entre los cuervos
un pedazo de carne
que satisfaga mi apetito.

Es cierto,
yo estaré condenado
a caminar entre el lodo
con los pies descalzos,
manchando jardines vírgenes
con los pies agotados
de tanto andar el mundo sin destino,
porque él cruelmente de mí se aleja,
mientras tus pies,
jamás desnudos,
sentirán que levitan ante el lujo
y bellos suelos de mármol.

Es cierto,
mis manos encadenadas
se rendirán ante tu sonrisa,
tomando las rosas por sus espinas,
sangrando el dolor
y volviendo con mi sangre
un tapete rojo para tu realeza,
mientras tú alegre y sin sentido,
despreciarás mis suplicas por conquistar tu corazón.

Es cierto,
ahora estoy muerto,
ya no tengo un cuerpo,
mientras tú aún vives
entre el lujo y el confort
en un mundo que te sirve a tus pies,
pero ahora soy libre y más feliz que tú,
soy el viento que acaricia tu cara,
soy el agua que sacia tu sed,
soy la luna que vela tus sueños,
soy el suelo que te alimenta,
el camino que recorres,
soy más feliz porque te tengo
y tú intangible me sientes sin darte cuenta,
y mientras tanto te espero
como esencia aquí sentado, alegre,
deseando verte a mi lado,
ahora mucho más condenado,
condenado por mi mejor pecado,
el simple hecho de ti
haberme enamorado.