Estoy acá, sin ser.
Mi existencia desgarrada, rozando la no actividad.
Me desintegro abrazada al féretro
donde yace el cuerpo de mí cuando solía ser.

Tu voz es la lima que todos los días afila mis garras,
me voy alejando del mundo,
el cordón umbilical se pone más y más tenso
y ya lo empiezo a rasguñar.

Tu voluntad subsiste con la fuerza que arrancó de mí,
mis palabras se prostituyen para saciar tu hambre,
mis ideas vagan sucias y desprolijas
hace tiempo se quedaron sin hogar.

Soy mariel y también el capitán
soy lo que nunca podré ser
y ya no quiero estar acá.