Fueron tantas las veces
que me paraba frente a ti,
moviéndome como títere sigilosamente
para que me vieras.

Fue tan alto el volumen
de mi silenciosa voz,
cuando te escuchaba cerca,
para incitar en tus oídos,
al menos una mirada
que se percatara
de mi solitaria presencia.

Fueron tantas las formas de buscarte
las que encontraba,
fue tanto lo que escribía
en esos papeles que levantó el viento.

Hoy me doy cuenta
de cuán perdido estaba,
de aquellos lugares inalcanzables
en los que creía estar.
Me doy cuenta de lo lejos que estaba
cuanto más cerca de ti me hallaba.

Cómo pasa el tiempo,
a veces lento,
a veces veloz,
y al final
cuando uno mira hacia atrás,
ve al tiempo como si nada,
así uno se arrepiente de lo que no hizo,
de no poder volver al pasado
y decir lo que nunca se dijo,
de deshacer lo que nunca se quiso.

¿Dónde quedó todo
lo que soñé para los dos?
¿Acaso todo termina
siempre así?


Intenté ser tuyo
pero el tiempo no me alcanzó,
verdaderamente estaba lejos de ti,
tan ausente, tan distante de ti.
Quizás nunca se me permitió vivir allí
o simplemente no éramos los dos.

Hoy vuelvo al pasado y me pregunto
qué hubiera sucedido si nos hubiéramos conocido.