Mujer misterio que encandilas a las almas incautas
con tus pasos sin eco y con tu voz que no es voz
sino suave caricia que se confunde con los matices
de la espuma alígera que se desvanece en un instante
luego de embriagar los labios resecos y asombrados
del ejército de seducidos esclavos que te veneran y
que entregarían su vida por un beso que debe saber
a promesa y a martirio y sin embargo los guardas
para brindárselos a la noche que te contempla
con sus guijarros amarillentos, los ojos que pernoctan
entre las perpetuas sombras como pájaros luminosos,
danzas a la luz de Selene y tu graciosa esbeltez
domina el horizonte impío y eres una gacela que
fascinada por el vacío de las profundidades mortecinas
murmura una oración lúbrica para los prosélitos que
se deshacen en rituales perniciosos e inútiles arabescos
que son quejidos rebanados por la sordina de las horas
desplazándose implacables a través de la piel del viento.
Mujer misterio que oscureces el raciocinio de la fe,
la voluntad de tus enamorados se deshace en mil devaneos
y lo platónico luego es vicio que rebalsa la copa del deseo
para derramarse más tarde en voraces ríos de pasión y de fuego
mas tu rostro permanece imperturbable y ello acrecienta
el frenesí de esos desdichados que lo entregarían todo
por una sonrisa que, desprendida de tus labios pulcros
fuera a posarse en sus pupilas acongojadas y yertas.
Mujer misterio, Venus de ensombrecido follaje que imperas
con majestuosa persistencia sobre los cuerpos ateridos
de esos seres en pena y tú, tras los velos sacros te desnudas
y te sumerges en las límpidas aguas oceánicas para solaz
de los náufragos que cadavéricos en su agonía, recobran
una ínsula fugaz para sus almas desoladas y en cardumen
se agregan a la corte que te precede angustiada en su ilusa
tarea de develar los secretos de una ondina encantada…
Texto agregado el 28-03-2004, y leído por 681
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