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TERROR A LA “X”

Era una tarde de domingo con gusto a copas desparramadas El sol ya casi había recorrido toda la terraza, que era de unos 10 metros de largo por al menos 6 de ancho.
La de ayer no había sido una fiesta más. Sino que había sido la noche en la que había muerto Martín Olivas preso de un aparente ataque suicida. Se había arrojado de la terraza llevándose puesto el gran masetero de la abuela, en vano trataba de recordar los últimos momentos que habíamos pasamos juntos, pero era tal mi estado, que no conseguí acordarme de nada de lo ocurrido hasta antes de que llegará la policía.
De pronto note algo que brillaba con fuerte intensidad justo debajo de los restos del masetero, era el cierre de la riñonera de Javier Olivas. Me extraño que la policía criminalística haya olvidado de recoger una prueba semejante. Al abrirla, me encontré con un atado de Camel y una extraña nota que decía

--- --Primero fue Rodrigo Perales después Priscila Trimarchi
-----Ahora es tu turno
-----Sigue Marcos avísale antes de que sea tarde!!!!!

Que significaba esa nota?
Que me tendría que haber avisado?
Quienes eran esas dos personas que aparecían en la nota? Y que relación podría tener yo con ellas?

Antes de que intentara responder alguna de las pregunta el teléfono empezó a sonar desde adentro de la casa. Baje las escaleras esquivando envases y vasos que todavía esperaban a que alguien se dignara a levantarlos. Al tiempo de que todo el piso estaba regado de una inmensa cantidad de tierra. Al llegar al escritorio conteste el teléfono, era el gordo Fredrick que proponía otro de sus habituales negocios en los que siempre había mucho que perder y muy pocas veces algo que ganar. Después de aceptar una vez mas la propuesta que consistía en comprar una docena de estereos robados para después venderlos en la casa de audio de Gonzalo Nimo, colge el teléfono y me dirigí hacia la heladera.
Ya hacia dos años que vivía solo en la casa que hasta hace un par de años había pertenecido a mi abuelo, y mis comidas no pasaban de salchichas o alguna hamburguesa
La noche me encontró con la nota dando vueltas en mi cabeza tratando de encontrar algún tipo de respuesta. Martín era un compañero de la facultad Un flaco bastante copado con el que de vez en cuando salíamos a bailar o a tomar algo. Lo primero que se me ocurrió fue tratar de averiguar quienes eran esas dos personas que aparecían mencionadas en la nota, asi que encendí la PC y entre a correr el CD-Rom de Paginas Amarillas, este era el primer año que no mandaban las enormes guías telefónicas, aunque nunca no me había terminado de convencer la nueva era tecnológica de la computación era innegable en el caso de las guías, esta nueva presentación en CD-ROM ofrecía mas y mejores métodos de búsqueda de personas y números telefónicos. Al cabo de un par de segundos conseguí dar con los números de teléfono de las personas en la lista. Sin vacilar llamo al primer numero y para mi desgracia siempre atendía ese maldito contestador de Telefónica de Argentina.
Pase al otro numero y me atendió un hombre que por el tono de voz se trataba de un señor mayor de al menos 65 años. Le pregunte por una tal Priscila Trimarchi,
Angustiado dijo que era su hija y que había muerto hacia ya dos meses.
Presentándome como un amigo de la infancia pregunte como había sido eso posible y me contó que había sido victima de un horrible accidente. Salió una mañana de Martes en su Ford Fiesta rumbo a la Capital Federal via ruta 9 - dijo pero algo pasó y terminó desbarrancadose al cruzar el rió Campiño. Las pericias no mostraron desperfectos técnicos en el auto previo al accidente, tanto que la autopsia que se realizó sobre el cuerpo de Priscila arrojó la presencia de una rara y nueva sustancia denominada Ignatia. Fue como si ella hubiese perdido el control o se hubiese querido suicidar –agrego al relato.
Antes de colgar le pregunte al hombre si le era familiar el nombre de Martín Olivas o el de Rodrigo Perales, pero no pareció recordar a ninguno de ellos.
Al cortar empecé a sentir otra vez esos horribles mareos que me venían atosigándo desde hacia algunos días y al cabo de algunos segundos sentí como la fuerza se me escurría por la punta de los dedos. No recuerdo con exactitud cuanto tiempo estuve inconsciente. El teléfono volvió a sonar y me despertó de repente.

-Necesito verte en forma urgente – Dijo preocupado Leandrus-
-No me encuentro en uno de mis mejores momentos – Le conteste con la voz agrietada
-No vengas con tus pelotudeces!! Te espero en media hora en mi casa es muy importante
-Corres un gran peligro!!! – Interrumpió
Antes de que pueda contestarle. Leandrus ya había colgado el teléfono. Tome la nota, las llaves del auto, el atado de Camel y salí disparando para la casa de Leandrus.
A Leandrus lo conocía desde colegio secundario y también habíamos cursado algunas materias juntos en la facultad aunque el, ya recibido de Contador desde hacia un par de años, se estaba dedicando a la docencia. Al entrar en su casa me recibió preocupado me contó que desde hacia ya seis meses en sala de profesores se había tropezado con un extraño profesor de Microeconomía llamado Dr. Santus.

-Santus!!—Claro dije interrumpíendo el relato
-Es mi profesor particular de microeconomía.
-Hace cuatro años que trato de aprobar esa materia para terminar la carrera pero no hay caso siempre termino aplazando- le comenté
-Bueno pero vos no eras su único alumno sino que había otros tres- respondio
-De eso mismo te quería hablar- agregó sobresaltado Leandrus
-Hace varios días que quería contactarte pero no pude encontrarte por ningún lado así que le deje una nota a Martín para que te advierta.
-No entiendo nada!! Que carajo pasa!!- Dije enfurecido mostrándole la nota
-Las muertes de las tres personas que aparecen en esa nota están muy relacionadas – dijo
-Todas iban a la facultad de Ciencias Económicas de la UBA, a todas le quedaba pendiente Microeconomía y por si fuera poco todas buscaron apoyo en este supuesto profesor.
-Escucháme dijo - mientras una gota de transpiración le recorría toda la mejilla.
- La semana pasada este tipo se olvidó el portafolio en sala de profesores. Yo lo tome para devolvérselo pero para mi sorpresa se me patino de las manos y se abrió ahí delante mío al recoger los papeles descubrí un informe rotulado de Confidencial titulado “Proyecto Ignatia” me llamo la atención el nombre y comencé a leer el trabajo.
- Me di cuenta que se estaban probando los efectos de una nueva sustancia descubierta por el ex científico del Conicet el Dr. Wallas denominada “IGNATIA”.
-Lo que estos tipos pretendían probar con este experimento era saber si el suministro periodico de Ignatia lograba obtener un efecto positivo estimulando determinada zona del lóbulo izquierdo del cerebro asociado entre otras aplicaciones para resolver los mas diversos cálculos matemáticos referidos a la microeconomia.
-Luego me detuve leyendo la rigurosa selección de los participantes del experimento donde aclaraba que tenían que ser personas con severos traumas cerebrales en la resolución de ejercicios de microeconomía y mencionaba a cuatro integrantes.
-Los de la lista – pensé
-No entiendo aun la conexión de ese extraño experimento con la muerte de Martín, o Priscila o el otro muchacho.- Interrumpí nervioso
-No te das cuenta!!!!! – dijo Leandrus
-Las tres personas se “suicidaron” luego de rendir sus exámenes finales de Microeconomía, se ve que este tal Profesor Santus en medio de sus clases particulares de microeconomía les vino suministrando a Uds. cuatro esta droga Ignatia.
-Por lo que pude averiguar con unos colegas de la facultad los tres habian aprobado con 10 sus exámenes finales, pero se ve que esta droga causa un fatal efecto colateral que los científicos denominaron el TERROR A LA “X”.
- Por lo visto los pacientes no pueden soportar el echo de que les hayan salido los ejercicios del examen e inconscientemente terminan realizando actos suicidas.
-Es muy importante que no te presentes a dar el final mañana – continuo diciendo

De pronto un fuerte ruido metálico se fue adueñando de toda la escena
Desorientado y confundido apague el despertador y me levante tratando de entender que era lo que había sucedido. Eran las 7 de la mañana del lunes aquel en el que rendía el examen final de microeconomía.
Fue todo un sueño? Me preguntaba todo el tiempo mientras terminaba de peinarme.
Llegue a la facultad y me senté en el ultimo banco del aula mas preocupado por entender lo que me había pasado, que nervioso por el final.
Mi Sorpresa fue mayor cuando en vez del profesor habitual en el curso. Se presento un tal profesor Wallas diciendo que iba a tomar el examen en lugar del profesor Rodríguez.
Quede perplejo ese nombre lo conocía- claro era uno de los tipos del sueño.
Increíblemente resolví el final en no mas de 25 minutos y entregue antes que nadie, me pareció al extremo sencillo.
Salí de la facultad caminando pensando en aquel sueño tan raro, en el profesor Wallas como podía ser.
Tal ese así que al cruzar la Av. Cordoba no me di cuenta que venia un Fiat Duna a toda velocidad!!!!!!!!!!!!!!

CHANN!!!!!!!!!!
FIN
BY AUGUS 26/03/04 (día que por décimo novena vez intento cursar Microeconomía) jajaja

Texto agregado el 28-03-2004, y leído por 483 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
28-03-2004 Muy bueno me haz hecho acordar viejos tiempos . Sigue asi eh! Jorge
 
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