Confieso que me ha costado perderte,
En estos días poco iluminados, de un frió intenso,
Lleno de muerte e incienso.
He comenzado a creer que mi vida no vale nada sin tí,
Y a pesar de estas fuerzas sobrenaturales,
Que me aterran y me llevo poco a poco al infierno,
Me siento cubierta, envuelta,
En su velo negro.
No importo nuestro "eternamente",
Ni nuestras promesas tan sublimes,
Ellos pueden más que mi amor eterno.
Me están llevando lentamente al infierno,
Me siento cubierta, envuelta,
En su velo negro.
Mi dulce principe, mi amado guerrero,
Mis alas están rotas,
No encuentro respuestas, me hundo en esta oscuridad,
De ángeles negros danzantes, y flautas dulces,
Que me llevan con su delicada y tierna música
A la perdición irresistible de la amargura y la muerte.
No será mi intención arrojar lágrimas por tus ojos,
Ni sangre por tus muñecas,
Ni lanzar tu alma fuertemente lejos de tu cuerpo
Desgarrando tus entrañas.
No llores por mí,
Ni cometas la locura que yo he cometido,
Dejándome llevar por este enviado maligno,
Y su suave musica y lindo aspecto,
Su pauta dulce y sus alas de estrépitos malditos.
Lo siento,
No pude mas, me deje llevar,
La muerte me alcanzó, estaré podrida por el resto de la humanidad en este
Infierno maldito,
Con mi soledad y sin ti en este corazón, infame, muero,
Hundida en este cruel infierno, lleno de danzas macabras,
Flautas dulces y poemas enfermos,
Confieso que me ha costado perderte,
En estos días poco iluminados, hace un frió intenso,
Lleno de muerte e incienso,
Confieso que me siento cubierta, envuelta,
En su velo negro... |