"Hola".
La palabra seguía temblando en la pantalla de la computadora. Eran unos pocos caracteres, sin embargo, le servían para dar una señal del vida. Miró un instante y antes de escribir la siguiente palabra hizo un recorrido rápido por la sala de chat. Ahí, como fichas esparcidas al azar, se distribuían los nombres: excalibur, yoyohma, dulce, angel, dorita, digno25g, elenales,etc., eran algunos de los nombres que en ese momento pudo leer entre las 60 personas que figuraban en la lista.
Entró a aquella sala. seducido por el anuncio titilante que vió mientras navegaba por la red de : "Alguien en el mundo también piensa en vos. Tus futuros amigos. Haz click aquí ahora". Y ahí estaba, en medio de la madrugada, en una noche más de insomnio, buscando el sueño perdido frente a una computadora, aquel 28 de diciembre.
"Sí, vamos a ir mañana a casa de excalibur. Ya hablé con happy puppy" escribió dorita
"Ok. quedamos así". respondió digno25g. Observaba esa conversación y otras que se sucedían en ese momento en la sala. "¿Dónde estarán los otros?" pensó mirando los siete nombres que se repetían a lo largo de la sala principal. Se imaginó por un momento la fiesta en la casa de excalibur, aquel 29 de diciembre y por un momento lamentó no haber conocido la sala antes, pues quizás el también estaría ahí. Recordó otras épocas, cuando por aquellas fechas, junto a sus amigos despedían al año visitando todos los bares de la ciudad, exorcizando las frustraciones, celebrando las alegrías, haciendo planes para el futuro. Esta última parte siempre los encontraba a orillas de la bahía, con la última cerveza y las primeras luces del día.
¿Y si hago un chiste, tal vez ahí..? Pensó en escribir pero luego se interrumpió. Alguien había escrito Hola. Tembloroso, respirando entrecortadamente, respondió con otro hola. No hubo respuesta.
Esperó un momento y vio que cuando otra persona entraba a la sala, con la misma palabra. Quiso responder pero ya habían otras personas que también escribían lo mismo. y luego otra y otra y otra y otra.
A esas alturas la sala ya se había convertido en una babelica reunión donde todos escribíanhablaban pero sin poder hilar una conversación. Alguien escribió ¿como están? bien, respondió uno ¿y vos? pero ya no hubo respuesta.
Cada uno respondía a un saludo,sin la certeza de tener la respuesta. Pensó en escribir pero los holas se multiplicaban cada vez más. Y luego tuvo un pensamiento que lo estremeció, se vió a sí mismo, junto a las otras personas en un naufragio y la imagen se hacía más vívida mientras las vocesescrituras se multiplicaban en la pantalla. Se vió viajando el barco de su vida, acompñado por sus amigos, los compañeros de escuela, sus hermanos, los buenos momentos. Vió luego el naufragio de ese barco y se pudo ver con los otros seres anónimos del otro lado de la pantalla, que lanzaban su saludogrito de auxilio en aquel mar de soledad. "Y aquí estamos, ejercitándo e inventando las nuevas formas de entendernos en esta sociedad moderna, buscando nuestra tabla de salvación del otro lado de la pantalla, esperando una respuesta,para no hundirnos"
Quiso escribir nuevamente, pero los dedos no respondían. Miró un rato más la pantalla, algunos de los que habían saludado antes, ya se habían integrado a alguna conversación, otros habían se habían desconectado y uno o dos seguían escribiendo hola.
Esa última imagen lo estremeció. Entonces,sin escribir nada más, se levantó, salió del ciber y empezó a caminar por las desiertas calles de la ciudad aquella madrugada.