Las imágenes no acaban luego,
Si de amor y amantes trato.
Sólo espero correspondas este duelo
Que la muerte está lejana de alcanzarlo.
Te desnudas como tantas veces lo haces,
Pero ahora no estás sólo y tú lo sabes.
Ya lo grave no es el frío, ni la pena,
Ahora es sólo ver que no eres un ángel.
Comienzas por recordar lo que conociste
¿te preguntas por lo mío, o no te importa?
Ojalá no te interese, pues ahora
Sólo veo tus labios, que me gritan ¡no me ames!
Y me asusta que te niegues, ya desnudo,
Yo ya llevo en mi carne la mitad de la belleza deshojada.
Ya no quiero volver a temer y si no me correspondes, sólo calla.
Te sugiero que paremos y te vayas.
Que la ducha de agua fría nos separe.
Y me visto mientras pienso ¡no te quiero!
Aunque sé que con mentiras nada salvo.
Tú me miras y me dices ‘sólo pienso’
‘no me extraña si no dejas que se pase
el dolor que te carcome hasta los huesos
y, la pena de otra niña que no te ama’
‘es injusto’
‘¿para tí, para mi o para los dos?’
‘no lo sé, creo que para los tres.’
‘Entonces el agua fría te espera,
y no temas que ¡tú sigues siendo hermoso!
Sólo que has perdido el gozo’.
Te levantas cabizbajo.
Yo te miro y sólo quiero consolarte.
¿qué es lo justo?, me pregunto ¿dejo de amarte?
Créeme que no, no puedo dejar de amarte.
Te detienes en la puerta y me miras.
Sólo espero que se pase la vergüenza.
Y tus ojos de perro se detienen
En mi vientre que desnudo se revela
Y te acercas entre triste y conmovido
‘¿me quieres?’ te pregunto.
‘sí’ respondes seguro.
‘¿me amas?’
‘no tengo certeza’. Y te veo.
Te ofrezco mis brazos abiertos.
Los aceptas. Y te fundes en mi abrazo.
Aciertas. Nada hay que cure el mal de amores.
Yo, al menos no puedo.
No pretendo ser pócima u olvido.
Y no puedo pretender ser eterna.
Mas mientras buscas un refugio,
Y te recibo, mientras aceptas
Mi amor -¿desinteresado?
Te das cuenta de que olvidarla
no tiene sentido.
y construir otros amores...
¿es pecado?
No te pido que te entregues sin preguntas.
Ni te pido que olvides tu pasado.
Sólo quiero que vivamos esto juntos
Que veamos si seguimos o paramos.
¿te das cuenta de cuán bellos parecemos?
‘¿no será que efectivamente existe?’
Me preguntas ‘loquita ¿qué es lo que crees que existe?’
La esperanza de reconstruirse, de regenerarse,
De volver a ser feliz contigo.
¿Necesitas razones?
Porque yo no, me basta con saber
Que de lo nuestro vendrá paz,
Unos momentos felices,
Los que queramos.
¿Necesitas un compromiso eterno?
Yo quizá. En realidad, inmediatamente ahora...
No busco eso.
Sólo busco encontrarme contigo,
Compartir contigo,
Abrazarme a ti en un beso.
¿Necesitas promesas?
Te las doy si las quieres,
Y podemos reírnos porque no te voy a prometer
Nada que no desees realmente.
Eso porque donde no hay deseo no hay razón
Donde no hay razón no se justifica juntarnos,
ni seguir con este acto, que no agobia,
pero puede desgastarse,
desgastarnos, y hasta acabarnos,
si dejamos existir la tonta incertidumbre
que las dudas alimentan entre las almas.
Andrea García Donoso
Diciembre de 2001
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