Inicio / Cuenteros Locales / nomade / El consejo de mi tía
No hay peor sordo
que no quiera oír.
Ni peor ciego
que no quiera ver.
Ni peor muerto
que no quiera volver.
Decía mi tía Eulalia,
mientras miraba
lo estirado y tieso
que estaba mi tío,
en su negro féretro con manillas de hierro
Fíjate chiquillo, fíjate me decía,
posando su mirada de águila arpía
en mi escuálida figura.
Tu tío Emeterio, se las traía.
Todas las semanas salía con el cuento
que a la misa iba.
Y a mí otro cuento me traían.
Teniendo plata en los bolsillos
juntaba los cincos
para dárselo a los chiquillos.
Y el se largaba muy orondo
con los bolsillos sin fondo
a la casa de las niñas
que tratan de tú
y que agarran hondo.
Entre caramba y zambas
el huija, la cueca ,las zapateaba
agarrando de paso
cuanta carne se le atravesaba.
Hasta que se le atravesó
al dueño del establo.
Que no le gustaba el manoseo
gratis de la mercancía.
Y así pasó pus hijo
que ayer me lo trajeron
sin los dos contrapesos
y para más remate
ni siquiera el que se ponía tieso.
Hijo me dijo mi tía
si vay de parranda
asienta bien el culo en la silla
y apóyate en la pared
los ojos bien abierto
y las manos quietas
y al gaznate solo bebida
si queris llegar entero
lleva solo lo justo en dinero
que si te ven el bulto
y no es el del deseo
seguro que te meten la quisca
y si te he visto no me acuerdo
dicen por ahí.
Cuídate chiquillo
te lo dice tu tía
que el camino me lo se de ida
y de vuelta y bien recorrío.
Nomade...aún entero |
Texto agregado el 04-11-2007, y leído por 132
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