El pérfido
Hay tantas dudas que me matan,
que estoy destinada a vivir dudando,
hay tantas cosas que no me agradan
que terminé deduciendo en vez de actuando.
Te miro con esa mirada perdida,
como queriendo atraer otros recuerdos,
te miro en las pupilas la perfidia,
que me dibujan mis tormentos.
Estás y no estás a la par,
te vas y no vuelves mas,
pero ese no es el dilema,
sino aquél que por dentro quema,
la única fuente de confianza
que decidí tenerte antes,
cuando yo no pedía fianza
para dislocarme en partes.
Me fuiste infiel y te odio
porque me comí tu fruto prohibido,
me seduciste tan cruel de buen modo,
que me quedé tan seca como una espina.
Mis manos ya no te harán mas versos
y mis labios ya no te pintarán besos,
pero este corazón que hoy mismo llora
se ha de arrancar toda esta gloria,
que cruelmente me pintaste.
Adios pérfido indecente,
te dejo sin mas explicaciones,
aún cuando no sepas mis razones,
y me pidas hoy que sea clemente.
Me voy por el mismo sitio por donde vine,
me voy y te dejo mis deslices,
todos ellos al lado tuyo y contigo,
algo que jamas debí haber vivido. |